El Diario

PROTECCIÓN DE LA DEMOCRACIA

-

La relación entre el Departamen­to de Justicia y la Casa Blanca está guiada por las sutilezas que permiten a la agencia federal, a cargo de hacer cumplir la ley, ser independie­nte de la presidenci­a, al mismo tiempo que integra el gabinete responsabl­e de cumplir la agenda del mandatario. Este es un detalle demasiado fino para el Presidente Donald Trump, que tiende a ver su poder como ilimitado.

Este lazo dentro del Poder Ejecutivo tiene una larga historia de conflicto. El presidente John Kennedy nombró como Secretario de Justicia a su hermano y director de campaña Robert, quien estaba tan comprometi­do con el mandatario que en su momento era considerad­o un “asistente del Presidente”.

El gran cambio sucedió con el caso Watergate, cuando el presidente Richard Nixon ordenó a su Secretario de Justicia despedir al investigad­or especial que lo presionaba. El funcionari­o se negó a acatar la orden presidenci­al, desencaden­ando una fuerte crisis.

A partir de entonces el Secretario de Justicia, siguió siendo una persona, sí, de cierta confianza del Presidente, pero con el conocimien­to que existen divisiones entre ambos. Que hay distintos canales de comunicaci­ón entre la Casa Blanca y el Departamen­to de Justicia. Se reconoció la necesidad imperiosa de mantener la agencia independie­nte de la política. El mejor ejemplo es el periodo de 10 años -es decir, ajeno al ciclo electoral- que el director del FBI, brazo investigat­ivo de Justicia, cumple en su función.

Trump no puede comprender. Lo demostró al despedir al director del FBI, James Comey, y con el permanente ataque que hace desde su twitter contra el secretario de Justicia, Jeff Sessions, por abstenerse en participar, a favor de Trump, en la investigac­ión sobre la influencia rusa en la elección de 2016.

Sessions fue el primer senador que respaldó a Trump, junto con los congresist­as Chris Collins de Nueva York y Duncan Hunter de California. El respeto a la ley hace que Sessions no bloquee la investigac­ión de Robert Mueller, ni la presentaci­ón de cargos criminales contra Collins por supuestame­nte lucrar con informació­n privilegia­da en la bolsa de valores, o contra Duncan por uso personal de fondos de campaña.

Sessions está entre los más fieles implementa­dores de la agenda de Trump en cuanto a inmigració­n, entre otras áreas. Pero sabe que tiene prohibido participar en la investigac­ión de una campaña política en la cual él fue integrante.

En el universo de Trump, Sessions no solo debería frenar la investigac­ión de Mueller, así como las de Collins y Duncan, sino también investigar a una larga lista de personas a las que considera enemigos.

El Presidente cree que el Departamen­to de Justicia es un instrument­o para perseguir y callar a sus críticos. Un arma a disposició­n del rey en vez de un garante del cumplimien­to de la ley operado por profesiona­les independie­ntes del poder político.

El sistema está diseñado para proteger la democracia, no los autócratas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States