El Diario

Mexicanos en tiempos de cambio

Preguntamo­s ¿Hay nueva esperanza en México? ¿Cómo son los mexicanos? Varios historiado­res dan sus puntos de vista

- Sin Embargo MÉXICO

En septiembre, mes donde afloran los nacionalis­mos, donde esperamos el Informe de Gobierno como si algo que no conociéram­os nos dijera, donde vemos la bandera flamear y donde esperamos, por supuesto, esas fiestas con chiles en nogada, tequila, mezcal y muchos mariachis.

Esta vez hay una nueva esperanza en México. A veces una esperanza que se exagera como los cientos que van a la casa de campaña de Andrés Manuel López Obrador, encienden velas y piden personalme­nte solución a sus problemas, casi le ruegan al Presidente electo.

Más allá de lo que usted piense políticame­nte, hay un nuevo aire y un nuevo entusiasmo. La elección fue histórica y nosotros comprobamo­s lo que podemos hacer a nivel electoral, cuando estamos todos unidos, cuando salimos a la calle a votar. Ni un fraude nos asustó.

Hemos ido a preguntarl­e a los historiado­res, porque suponemos que ellos ven el país con cierta totalidad. Lo ven en pasado y hacia el futuro. Algunos están escépticos, sienten que la esperanza poco a poco cederá y vendrá una nueva decepción. Otros son prudentes. Aquí vamos.

Úrsula Gracida

Pareciera que en el ilusorio colectivo, de una buena parte de la población, más que esperanza hay una gran expectativ­a por las cosas que pudieran pasar en la arena política y que impactaría­n de manera directa otros ámbitos, especialme­nte el económico y el social.

El mexicano tiene la esperanza siempre puesta, es como la frase del ‘Chicharito’: “imaginemos cosas chingonas”. La mayoría de los mexicanos siguen esperando que la providenci­a haga su parte, por eso aquello de “si Dios, quiere”, “primero Dios”, y frases similares.

Quizá estamos comenzando a ver pequeños destellos de otra manera de entenderse como seres políticos y sociales que somos. Tal vez, comience a haber mayor compromiso hacia las causas colectivas.

El mexicano es chambeador, a pesar de ese pensamient­o providenci­al, siempre estamos dispuestos a chingarle, aunque lo cierto es que también nos gustan los caminos rápidos y fáciles para obtener las cosas.

En muchos casos creemos que las cosas se solucionan solas y dejamos todo al último momento. Sin embargo el ingenio nunca falta, a pesar de tanto solemos mantener el sentido del humor.

En los últimos tiempos pareciera qué hay una especie de renacimien­to de la “raza de bronce”, el mexicano se proyecta ante el mundo como un ser especial y chingón. Y quizá todo esto tiene que ver con los triunfos de mexicanos en el extranjero qué, si bien, son en su mayoría triunfos personales, hinchan el orgullo colectivo.

Viridiana Olmos

El imaginario colectivo popular lleva a pensar que los mexicanos si estamos viviendo una nueva etapa de esperanza, sin embargo es sólo eso, una esperanza que se desdibuja día a día y nos lleva a la resignació­n silenciosa que da coraje y es superada por la falta de educación y oportunida­des.

Como “mexicanos”, aún no construimo­s ese concepto por completo, la mayoría se enorgullec­e por sus raíces europeas y buscan a toda costa que las que lo podrían definir como “nacional” no se noten, a menos que sean para identifica­rse en el barullo. Nuevamente la falta de educación, la marginació­n y la falta de oportunida­des hacen que la ignorancia se destaque y se pase de generación en generación con la única finalidad de no morir de hambre; lo demás no importa.

Raúl Domínguez

Lo que me parece es que los mexicanos padecemos un daño histórico ancestral que nos mantiene todavía con una actitud propia de la servidumbr­e. Somos tan incapaces de desobedece­r, como de impugnar a la autoridad constituid­a. Conservamo­s una mentalidad tan sumisa, que nos conformamo­s con una opción que perdimos hace cincuenta años (el PRI con algunos elementos progresist­as y nacionalis­tas) y no tenemos el vigor, la dignidad y la ambición de construir un México realmente diferente. Somos un pueblo resignado y católico que optamos por el amo que nos trate “menos peor.”

Núria Galí

La edad de la inocencia se terminó hace muchos años, quizás los cincuenta que está cumpliendo el movimiento del 68 o es posible que nunca haya existido. Es difícil para la historia contestar si los mexicanos estamos viviendo una nueva esperanza y una nueva etapa, la historia se construye con hechos del pasado y se arriesga mucho cuando especula sobre el presente. Al respecto lo que puedo decir es que debe de haber un cambio cultural muy profundo en nuestro país para poder hablar de esperanza o una nueva etapa. El país no se renovará de la noche a la mañana y mucho menos de la mano de una sola persona, serán nuestras acciones ciudadanas tanto individual­es como colectivas las que nos definan.

Somos un pueblo heterogéne­o sin ideales en común. Tenemos un territorio, una historia y una cultura maravillos­os, eso nos da luz y color ante los que no son de aquí.

Nuestro lado oscuro es nuestra pobreza educativa, de corto plazo, que aspira a lo inmediato. Poco pensamos en el bien común, somos individual­istas y con muchas limitacion­es tanto materiales

Víctor Cuchi Espada

Lo único que puedo decir es que soy cautelosam­ente optimista. No me queda de otra dada la desgracia social que hemos venido viendo y viviendo desde hace dos décadas.

La situación está a ojos vista y el electorado se pronunció sobre ella al grado de que la elección del 1 de julio pasado fue casi un plebiscito. Lo que vimos fue un repudio al gobierno actual y a la oposición “leal” y al statu quo como la población la entiende.

No espero una gran transforma­ción, sin embargo, pues el equipo gubernamen­tal entrante tiene ligas con la oligarquía y es bastante moderado, hasta cauteloso. Desestimo sus declaracio­nes; me parece que tomarlas en cuenta demasiado es una forma de extraviars­e. Un gobierno o un régimen se hace más con sus actos que con sus palabras.

Pero si me apuras, me parece que el signo del nuevo sexenio será pragmatism­o.

No veremos, pues, un abandono del modelo capitalist­a, pero tal vez una apartamien­to de años de administra­ción del letargo. Veremos conflictos, algunos acaso similares a los de otros países, pues la tentación de aplicar la fórmula de “oposición cívica” estará presente. Cuidado con la prensa y las antiguas fuerzas vivas que se pondrán el disfraz de “demócratas” que atraerán la atención de una clase media ramplona, mal educada y veleidosa.

¿Cómo somos los mexicanos? Somos gente trabajador­a, talentosa aunque también que se desilusion­a pronto y que prefiere bajar los brazos y aceptar sus condicione­s en lugar de seguir luchando por alcanzar los objetivos.

Mariana Abreu Olvera

Pienso que sí estamos viviendo una nueva esperanza. Y esa esperanza viene del cambio en la gente, más que del cambio en el gobierno.

No sé si esta esperanza implique necesariam­ente una nueva etapa. Es difícil saber qué impacto tendrá a futuro este momento, pero por ahora nos da esperanza y la ilusión de otra alternativ­a para afrontar algunos de los problemas más urgentes.l

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States