Optimismo cauteloso sobre acuerdo
Activistas de la comunidad inmigrante celebraron un acuerdo con la Administración Trump que dará un “balón de oxígeno” a ciertos padres separados de sus hijos en la frontera sur y que perdieron sus casos de asilo, aunque persisten dudas sobre la implementación del pacto.
El documento previsiblemente no incluye a padres que fueron deportados –el gobierno no se compromete a facilitar su regreso a EEUU sino a tratarlos “caso por caso”– ni a aquellos con antecedentes criminales.
“Esto es una admisión del gobierno de que se equivocó con estas familias. Es muy importante que ahora tendrán el derecho a representación legal ¿Es un acuerdo perfecto? Ninguno lo es”, dijo a este diario David Leopold, un abogado de Inmigración en Ohio.
No está claro, por ejemplo, cómo será el proceso para identificar y ayudar a los padres que ya fueron deportados y que, caso por caso, podrían regresar al país.
“Seguimos en una situación en la que habrá familias que jamás serán reunificadas y eso es criminal y alguien (en el gobierno) debe ser enjuiciado por ello… toca vigilar que se cumpla el acuerdo”, afirmó Leopold.
Es apenas el comienzo de un largo camino hacia la defensa legal de padres que huyeron de la violencia en Centroamérica pero que, en vez de protección, encontraron un ambiente hostil y de criminalización de los cruces ilegales.
Así, grupos como la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU) se sumaron a la celebración del acuerdo.
“El acuerdo ahora finalmente dará a los padres una oportunidad significativa para buscar asilo con sus hijos. Igual de crítico, deja abierta la posibilidad de algunos padres deportados sin sus hijos puedan regresar a EEUU”, dijo Lee Gelernt, un abogado de ACLU, que ha impugnado la política de separación de familias.l