Su contrato puede prohibirle trabajar para un competidor
Las cláusulas que restringen trabajar para ciertas empresas llegan sin motivo a muchos empleos
Hasta hace unos días los limpiadores de WeWork, baristas, asociados de correos y otros empleados, que cobran $15 la hora, tenían un cláusula en sus contratos que restringía que estos trabajaran para competidores de esta empresa que ofrece oficinas y espacios de trabajo compartidos en todo el país.
Esta cláusula era una condición de empleo para el personal a todos los niveles en casi todo el país, independientemente de que estos tuvieran puestos de responsabilidad, acceso a información confidencial de la compañía o compensación a cambio de esta restricción. Tradicionalmente este tipo de cláusulas se redactan en los contratos de altos cargos que puedan comprometer el futuro de una empresa al exponer sus secretos o planes de futuro a la competencia, o de profesionales como abogados que puedan llevarse parte de la clientela de una firma a otra.
Pero para quienes no tienen esas posiciones -para la mayoría de los trabajadores-, esta es una condición que rompe el mecanismo más efectivo a la hora de mejorar sus condiciones salariales o la posición en una empresa, la posibilidad de buscar empleo en otro lugar con la experiencia que tenga en su puesto. O negociar el que tiene.
Las fiscalías de Nueva York e Illinois han investigado estas cláusulas conocidas como, non-compete, de WeWork y han firmado con la empresa un acuerdo para liberar a la mayoría de sus empleados de esta restricción en todo el país. La empresa tiene contratadas a unas 3,300 personas y la fiscal de Nueva York, Barbara Underwood explicaba que los trabajadores “deberían poder tomar un trabajo mejor sin vivir con el temor de una demanda de su previo empleador”
Underwood explicaba que estos acuerdos se usan “con demasiada frecuencia” e “indebidamente, especialmente cuando se trata de trabajadores con salarios bajos, lo que limita la movilidad y las oportunidades de los empleados, y evita que las empresas contraten a la mejor persona para el puesto”. La fiscal espera que este acuerdo sea un ejemplo para todos los negocios.
Este tipo de acuerdos solo se permiten en Nueva York cuando son necesarios para proteger los intereses legítimos de los empleadores, no impone un sufrimiento a los empleados, perjudica al público y se aplican durante un periodo de tiempo y una zona geográfica razonable. Son términos algo vagos.
Najah A. Farley, abogada de la organización National Employment Law Project (NELP) explicaba a este periódico que cuando en el pasado trabajó en la oficina de la fiscalía les sorprendió lo mucho que se aplicaban estas cláusulas.
Esta abogada dice que para muchas personas, especialmente las que tienen bajos ingresos y no les resulta fácil tener un abogado, se les pone en una situación muy difícil si una empresa amenaza con una demanda o se les manda una carta que les conmine a desistir de un trabajo. Además, “aunque se puede negociar en caso de que se sepa o se entienda que esta cláusula existe en el contrato, no todo el mundo tiene la capacidad de hacerlo”, aclara.
“Los trabajadores deben recibir algo a cambio, compensación, en caso de que se les obligue a firmar y las restricciones no deberían ser de más de un año ni exceder demasiado una zona geográfica”, explica.
En Illinois se ha aprobado una ley que prohíbe estas condiciones en contratos a personas que ganan menos de $13 la hora y en Nueva York hay una propuesta para que sea ilegal en contratos con compensaciones de menos de $75,000 anuales que Farley indica que si se aprueba se unirá a la actual regulación en vigor.