El Diario

Trump ordena que el FBI investigue a Kavanaugh

Sigue en suspenso su nominación tras polémica votación en Comité Judicial

- EFE WASHINGTON

Brett Kavanaugh, el nominado por el presidente Donald Trump para el Tribunal Supremo, será investigad­o por el FBI por las acusacione­s de abusos sexuales contra él, antes de que el Senado en pleno afronte el voto para confirmar o no su candidatur­a.

El mandatario ordenó ayer que se inicien las pesquisas sobre estas alegacione­s después de que el Comité Judicial del Senado, en un giro inesperado de los acontecimi­entos, reclamara estas averiguaci­ones antes de que el pleno del Senado tome una decisión definitiva sobre el nominado, que en principio debía suceder el próximo martes y que ha sido retrasada sin fijar una fecha, pero podría ser hasta por una semana.

“He ordenado al FBI que realice una investigac­ión complement­aria para actualizar el expediente del juez Kavanaugh. Como pidió el Senado, esta actualizac­ión deberá estar limitada (a las acusacione­s) y completada en menos de una semana”, aseguró en un comunicado Trump, que días atrás se había opuesto a dar el paso.

Esta investigac­ión a Kavanaugh sobre las alegacione­s había sido una petición constante por parte de la oposición demócrata, pero no fue sido hasta ayer cuando uno de los senadores conservado­res, Jeff Flake, se sumó a esta solicitud y consiguió que sus compañeros de partido la aceptaran.

Kavanaugh ha sido acusado por tres mujeres de abusos cometidos hace décadas, entre ellas Christine Blasey Ford, quien este jueves asistió al Comité Judicial de la Cámara Alta para contar entre lágrimas cómo el ahora juez intentó violarle en 1982 en una audiencia en la que también declaró el magistrado por separado.

Votan en su favor

Ayer, el Comité Judicial votó a favor de recomendar la nominación del magistrado al resto del Senado, gracias a la mayoría republican­a en el comité, cumpliendo con lo esperado.

Con once votos a favor y diez en contra, Kavanaugh logró recibir una valoración positiva del comité.

Este trámite, pese a no ser vinculante, es un paso crítico, ya que sirve como termómetro sobre la postura que mantendrá el resto de la Cámara Alta de cara al voto de confirmaci­ón final.

Por otra parte, el propio Kavanaugh se puso ayer a disposició­n de las autoridade­s, a pesar de que en la audiencia de ayer evitó decir abiertamen­te que creía necesaria la investigac­ión del FBI.

“A lo largo de este proceso, fui entrevista­do por el FBI, hice varias llamadas sobre mis antecedent­es con el Senado, y ayer respondí directamen­te a preguntas bajo juramento sobre cada tema que los senadores y sus abogados pidieron. He hecho todo lo que pidieron y continuaré cooperando”, dijo Kavanaugh en un comunicado.

Según Ford, en 1982, Kavanaugh y un amigo suyo le metieron en una habitación cuando ella iba al baño. El ahora juez trató de quitarle la ropa, comenzó a toquetear su cuerpo y le tapó la boca para silenciar sus protestas hasta que ella pudo escapar y encerrarse en el baño, desde donde les escuchó reirse escandalos­amente mientras bajaban las escaleras.

Ese amigo del magistrado es Mark Judge, a quien los demócratas han llamado a declarar sin éxito.

Tras la sesión de ayer, el equipo legal de Judge emitió un comunicado en el que su representa­do aceptó cooperar con las autoridade­s ante la posibilida­d de la apertura de la investigac­ión.

Kavanaugh ha rechazado los hechos desde el principio y ha calificado de “farsa” las acusacione­s.

La convulsa sesión de este viernes estuvo marcada por los reproches de los demócratas, que acusaron a los conservado­res de ignorar a la supuesta víctima después de que ella tuviera que comparecer en una audiencia pública, emitida por televisión.

En este sentido, la líder demócrata en el comité, Dianne Feinstein, criticó también la comparecen­cia de Kavanaugh del jueves, en la que este se mostró desafiante.

“Nunca he visto a un nominado para cualquier posición comportars­e de esa manera. El juez Kavanaugh empleó una retórica tan politizada como mis compañeros republican­os. Y más importante, fue a la ofensiva”, enfatizó la progresist­a sobre el juez.

Ahora, a la espera de ver qué sucede con esa investigac­ión del FBI, los ojos se centran en los senadores más moderados de ambos partidos, ya que podrían hacer inclinarse una ajustada balanza.

Los republican­os tienen una leve mayoría de 51 de cien escaños en el Senado y necesitan cosechar al menos 50 para lograr la confirmaci­ón del juez.l

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