“Hemos hecho la Primera Comunión dos veces”
Dos familias comparten su experiencia de educar a sus hijos en escuelas católicas de Nueva York
√@cmtamacas
Con una empresa propia, Tomás Díaz es un hombre muy ocupado, y si a eso le sumamos las actividades extracurriculares de sus tres hijos, su agenda está llena.
Entre llevar y traer a sus hijos Tomás, de 12 años, Carolina de 10 y Sofía de siete a clases de baile y entrenos deportivos en un día jueves, Díaz compartió su experiencia como parte de la comunidad de una escuela católica de Nueva York.
Recordó que sus primeros dos hijos estudiaron el Prekínder en Queens, pero entonces decidieron inscribirlos en Saint Bernard Catholic Academy, cuya fundación se remonta a 1964 por las Hermanas de la Misericordia y un grupo de laicas. Actualmente atiende estudiantes de 3o. a 8vo. grado en Mill Basin, Bergen Beach y otras comunidades de Brooklyn.
Además de las materias básicas de Religión, Inglés, Matemáticas, Estudios Sociales y Ciencia, la escuela ofrece educación en Español, Arte, Música y Educación Física.
“A nosotros nos encanta, sentimos que los niños tienen una experiencia más personalizada con todo el personal. Las maestras y todo el personal despliegan un sentido de paciencia y se toman el tiempo que los niños necesitan. Creo que eso es en parte por el contexto católico y la educación que las mismas maestras tienen”, afirmó Díaz, de origen venezolano.
Destacó además que el currículo prepara a los estudiantes para entrar a high schools especializadas y muy competitivas. “Nuestra escuela tiene un laboratorio de STEAM en el 8vo grado donde los niños tienen una gran práctica de matemáticas y ciencia. Si bien ellos tienen extra clubs y actividades extracurriculares, creo que esa es el área donde se puede mejorar”, apuntó.
La familia Díaz está sumamente agradecida por la instrucción religiosa y del catecismo que sus hijos reciben en Saint Bernard, ya que es parte del currículo. “En nuestra parroquia, el catecismo y la preparación para recibir los sacramentos se da los miércoles en la noche, es bastante difícil para nosotros; que los niños la reciban como parte de su educación, es lo ideal. Nosotros somos católicos, mi mamá nos hablaba mucho pero no tuve la educación formal. (Con mi esposa) Hemos hecho la Primera Comunión dos veces ya, hemos aprendido a la par de los niños, es una experiencia muy bonita”, destacó.
Carmen Molina Tamacas
Un lugar de encuentro para la comunidad
Uno pudiera pensar que la educación católica es exclusiva para familias de esa religión. Pero ese no es el caso en Nueva York, donde juegan varios factores como la multiculturalidad, la diversidad de opciones entre centros privados, escuelas públicas de distrito y chárter y hasta la educación en casa es posible.
Tal es el caso de la Academia St. Athanasius, adscrita a la centenaria parroquia del mismo nombre, en Brooklyn, donde Breanna Brea comenzó este año el 6to. grado.
Al ingresar por la puerta principal, las visitas son recibidas por un cuadro en repujado de San Atanasio, teólogo y líder egipcio nacido en c. 293 y otras imágenes religiosas; pero el día que realizamos la entrevista con Breanna y su madre, Jojanna Brea, otra madre musulmana de origen pakistaní realizaba el trámite para inscribir a sus hijos.
“Así es aquí. La comunidad es muy diversa y nosotros estamos contentas que hay niños de diversas culturas y que se sientan a compartir y recibir la bendición de su almuerzo todos los días”, dijo Brea.
Junto a su esposo Raymond Brea, han apostado por la educación en escuela católica para su hija desde el principio. Breanna estudió la escuela elemental en Bergen Beach; en 2016 la señora Brea fue recomendada para una posición de asistente administrativa en la Dirección de la Academia St. Athanasius con el objetivo de ayudar a la población latina, que representa el 45% de los alumnos.
Ya que el commute entre las dos escuelas era demasiado extenuante, la directora de la escuela y el rector de la Iglesia, Monseñor David L. Cassato, les dieron la oportunidad para que la niña comenzara allí sus estudios de secundaria.
“Nada de bullying”
Aunque es un poco tímida, Breanna compartió que el cambio de escuela ha sido muy bueno, que ha hecho buenos amigos y sus maestras son excelente. “No hay nada de bullying, la gente es amable”, afirmó.
Mencionó que si bien la hora del almuerzo no es una materia, sí es uno de los momentos del día que más le gustan. Su madre explicó que todos los niños comparten de forma ordenada en el amplio auditorio y reciben la bendición de sus alimentos.
Entre los beneficios que gozan los estudiantes de Academia St. Athanasius es el programa de after school gratis que es implementado de la mano con la Federation Of Italian American Organizations (FIAO).l