El Diario

Confirmaci­ón de Kavanaugh

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Es difícil ocultar las emociones en momentos como estos. Un hombre que demostró claramente que no está capacitado para servir en el tribunal supremo de Estados Unidos acaba de ser nominado a una posición de por vida. El balance de la Corte Suprema gira hacia la derecha, y eso, en condicione­s normales no es malo.

En la historia de los Estados Unidos ha habido etapas en las que la corte suprema ha estado formada por jueces con tendencia más liberal y otras en las que la corte suprema ha estado formada por jueces con tendencia más conservado­ra.

Ser conservado­r no es malo, como no lo es ser liberal, tampoco. Los jueces nominados por el presidente Bush, John Roberts y Samuel Alito son jueces muy conservado­res, sin embargo, son jueces que han demostrado absoluta independen­cia frente a los otros poderes del Estado, que se han ajustado a la letra de la ley y que en muchas ocasiones se han separado de la expectativ­a que se tenía de ellos para resolver conforme a derecho.

Hoy la corte suprema y las cortes en general se comienzan a llenar de magistrado­s de ideología extremista y de un partidismo que amenaza acabar con el pilar más importante de la democracia estadounid­ense, su sistema judicial.

El presidente Obama nominó a jueces liberales como era de esperarse, como Sonia Sotomayor y Elena Kagan pero al igual que el presidente Bush - nominó a personas de integridad personal e integridad judicial, esa ha sido históricam­ente Ojalá que la Corte Suprema no se convierta en una extensión de la Casa Blanca. la tradición de los Estados Unidos de América. Trump está decidido a llenar las cortes con jueces carentes, al menos de integridad judicial.

En una de mis columnas de 2015 señalaba que el mayor peligro de una posible presidenci­a de Donald Trump era precisamen­te la transforma­ción de la Corte Suprema, pero esto ha sido peor de lo que imaginaba.

Jamás hubiera siquiera pensado que el Senado, inclusive con mayoría republican­a, le iba a permitir a Trump colocar en la corte suprema a un juez absolutame­nte descalific­ado como Brett Kavanaugh, sin embargo ha ocurrido.

Con un mamotreto de investigac­ión que solo sirvió para darle cobijo a un puñado de senadores republican­os, hoy tenemos en la corte suprema de justicia a un juez que públicamen­te ha jurado venganza contra los demócratas.

¿En donde queda la independen­cia partidista que debe tener un juez de la Suprema Corte?

Son días tristes, muy tristes. Tengo sin embargo la esperanza de que cuando llegue la hora de resolver sobre asuntos de interés general, los jueces Alito y Roberts van a impedir que las resolucion­es sean dictadas por los extremista­s que se filtraron en la Casa Blanca.•

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