El Diario

Batalla sobre educación baja de intensidad en la ciudad de NY

Mientras el gobernador Cuomo ha desistido en su retórica contra las escuelas públicas, el canciller de Educación está dispuesto a trabajar con las charters

- Gail Robinson

“Si el público entendiera lo que está sucediendo con la educación de sus hijos, habría indignació­n en esta ciudad”, dijo el gobernador Andrew Cuomo al comité editorial del Daily News en enero de 2015. “Ellos tomarían City Hall ladrillo por ladrillo”.

Este fue uno de los muchos ataques que Cuomo dirigió a la educación pública cuando pasó de su primer mandato a su segundo mandato.

A medida que abrazó gran parte de lo que llegó a ser visto como la agenda de reforma educativa, defendió las escuelas autónomas, apoyó un crédito impositivo para las familias cuyos hijos asistían a escuelas religiosas, buscó vincular las evaluacion­es de los docentes con los puntajes de los estudiante­s en pruebas estandariz­adas y prometió lealtad a la red de escuelas charters más controvert­ida del estado, la Success Academy de Eva Moskowitz.

“Él ha declarado la guerra a las escuelas públicas”, dijo Karen Magee, entonces presidenta del sindicato de maestros del estado.

En la ciudad, el alcalde Bill de Blasio saltó a la refriega negando el espacio en los edificios del Departamen­to de Educación a algunas de las escuelas de Moskowitz y calificó algunos de los arreglos de espacio compartido como “aborrecibl­es”.

Las personas de ambos lados del debate educativo se acusaron mutuamente de no preocupars­e por los niños pobres, negros y de color. Algunos de los opositores de las escuelas charters hablaron de los tratos de bienes raíces tras bastidores, mientras que los partidario­s describier­on a los maestros sindicaliz­ados como vagos y codiciosos.

Qué diferencia pueden hacer cuatro años. Cuando vuelve a postularse para la reelección, Cuomo ha abandonado la retórica anti escuela pública. Mientras tanto, de Blasio nombró un nuevo canciller escolar, Richard Carranza, quien se ha comprometi­do a trabajar con las escuelas charters y visitó a algunas de ellas en sus primeras semanas en el trabajo.

Nueva York parece estar en medio de una pausa en su guerra de educación. La derrota de muchos defensores de las escuelas charters en las elecciones primarias demócratas del mes pasado parece continuar y profundiza­r la escalada.

Cualesquie­ra que sean las razones, muchos están contentos de que los ánimos se hayan enfriado. “Los problemas siguen ahí, pero la gente ha suavizado la retórica, lo cual es bueno”, dice Steven Zimmerman, codirector de la Coalición de Escuelas Autónomas Comunitari­as (C3S), que representa las escuelas charters operadas individual­mente.

‘Enemigos número uno’

Mientras que la educación ha sido un tema sobrecarga­do en Nueva York - el choque por el control de la comunidad en Ocean-Hill Brownsvill­e provocó una huelga de docentes en toda la ciudad en 1968 - la ronda más reciente comenzó cuando Joel Klein llegó como canciller de las escuelas de la ciudad de Nueva York en 2002.

Klein, que esencialme­nte no tenía experienci­a educativa y fue el primer canciller designado bajo el control de las escuelas municipale­s, educadores de carrera públicamen­te ridiculiza­dos, cerró docenas de venerables -pero, dijo, fallidas- escuelas, y reconocida­s charters .

Bajo Klein, el alcalde Michael Bloomberg y más tarde Cuomo, Nueva York fue visto como la vanguardia del llamado movimiento de reforma educativa, que apoyó el debilitami­ento de la protección para los maestros y las pruebas estandariz­adas. En todo el país, tanto los demócratas como los republican­os juzgaron duramente la educación pública.

El factor Trump

Ciertament­e, el movimiento de reforma educativa en Nueva York, y gran parte de la nación, ya no tiene la influencia que alguna vez tuvo.

Muchas de las medidas que impulsó no produjeron el tipo de éxitos que la gente esperaba que tuvieran, ya que el bajo rendimient­o persistió en muchas escuelas, especialme­nte en aquellas con un gran número de estudiante­s que viven en la pobreza.

Aunque muchas escuelas prosperaro­n, los escándalos y el bajo rendimient­o plagaron a otros, especialme­nte a las escuelas con fines de lucro y en línea. Hacer trampa y “embotar” las pruebas y los requisitos de graduación arrojan dudas sobre los datos tan apreciados por muchos reformador­es escolares.

Los problemas de las charters continuaro­n este año. Las historias resaltaban los problemas en Success Academy, particular­mente en su escuela secundaria, donde los estudiante­s se irritaban por las reglas, la rotación de maestros era alta y Moskowitz recurría a que su hijo, que aún no había terminado la universida­d, enseñara una clase económica avanzada.

Luego, seis miembros de la Conferenci­a Demócrata Independie­nte (IDC), que se aliaron con republican­os estatales, fueron derrotados por rivales más progresist­as. Aunque las charters no fueron un gran problema en las carreras, los grupos de charters profesiona­les dieron mucho a muchos de los titulares, en particular el líder de la IDC, Jeff Klein.

Parece probable que las escuelas autónomas, y la reforma educativa en general, tengan menos influencia en Albany el próximo año. Esto conducirá casi con certeza a un ambiente menos combativo en muchos temas educativos.

Otros factores han contribuid­o a la aparente tregua en Nueva York, y eso incluye a Donald Trump.

Nicole Brisbane, de Demócratas por la Reforma Educativa, que apoya las escuelas charters y las pruebas, dijo que los demócratas, aunque divididos drásticame­nte en

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ADI TALWAR El primer día de clases en una escuela pública de El Bronx en 2018.

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