HAY VIDA SIN CR7
Portugal respira y sonríe. Con cada inspiración siente una feliz levedad, tranquilidad y confianza en andar por el sendero correcto, sin preocupaciones más allá de las normales y, lo mejor, con buena cara para el encuentro con el futuro próximo, algo muy distinto al presente, por ejemplo, de selecciones como Argentina, Holanda o Italia.
El Portugal posmundialista nada sabe acerca de Cristiano Ronaldo, lo cual no es un tema menor porque se trata, sin duda alguna, del mejor futbolista de la historia de aquel país y del propio combinado nacional. Sin embargo, el atinado trabajo realizado por su federación futbolística y la pulcra conducción técnica del experimentado Fernando Santos, permiten al equipo monarca europeo vigente preparar ya lo que será una nueva era para los lusos.
Ronaldo aún tiene en sus planes integrarse al equipo de su país. Siempre ha sido un gallardo defensor de su playera nacional y fiel elemento a la disposición del equipo; un capitan en toda la línea y por ello su regreso será bienvenido por todos en la selección, sin embargo, su mudanza de Madrid a Turín y el reciente lío personal con una mujer estadounidense que afirma haber sido ultrajada por él, le ha impedido regresar al campo con los suyos.
Pero a diferencia de la Italia sin Pirlo o la lamentable Argentina de los últimos años y la Holanda posterior a Sneijder y compañía, Portugal ha lucido buenas maneras sin su líder Cristiano, todo ello de la mano de una interesante generación renovada encabezada al momento por los Silva: André y Bernardo.
André Silva (Gondomar, Portugal, 1995) esta convertido en un artillero insaciable. Apenas el jueves el delantero del Sevilla de España marcó su gol 14 en 29 partidos, nada mal para un futbolista próximo a cumplir los 23 años de edad.
De él siempre se hablaron cosas importantes. De hecho, para algunos especialistas europeos algo había ocurrido porque no llegaba su explosión deportiva para tener certezas de estar listo y con capacidades de dar el salto de promesa a un futbolista consolidado y posible figura del juego.
Es más, tras su gris paso por el AC Milán la campaña anterior, su llegada al Sevilla era una incógnita e incluso se llegó a considerar como una apuesta arriesgada del club andaluz, pero su arranque de campaña ha resultado meteórico al firmar siete goles en ocho partidos.
“No estoy renaciendo, ahora tengo confianza en mi juego y cuando así es las cosas salen bien”, explicaba Silva a los periodistas de su país la noche del jueves, tras vencer 2-3 a domicilio a la selección de Polonia en partido de la Liga de Naciones de la UEFA.
La aclaración ocurrió porque en todo el mundo del balompié aún se tallan los ojos al ver la transformación de este goleador en el transcurso de una campaña. En Milán la temporada anterior alineó en 24 partidos de la Serie A, pero únicamente jugó cuatro completos e hizo dos tantos. De hecho, su mayor productividad se dio en