El Diario

“Mil veces mejor aquí, que en mi país”

Inmigrante­s en libertad se reúnen con sus familias como parte de un estratégic­o proceso de ICE para hablar de crisis incontenib­le

- EFE PHOENIX

Decenas de inmigrante­s centroamer­icanos dejados en libertad en Arizona por la Oficina de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE) durante los últimos días viajan este fin de semana para reunirse con familiares en varios estados del país, donde seguirán el proceso de asilo político.

Estas familias comenzaron a llegar a EEUU a finales de agosto tras la eliminació­n por parte del Gobierno del presidente Donald Trump de la política de “cero tolerancia”, que separó a más de 2,500 niños de sus padres en la frontera con México y cuyo pedido de reunificac­ión llegó a los tribunales.

Por lo menos 1,400 inmigrante­s llegaron desde entonces en grandes grupos, en su mayoría pagando a coyotes que los dejaban cerca de los puestos migratorio­s en la frontera, en donde se entregaban.

De ellos, unos 400 fueron dejados en libertad a partir del lunes pasado, con grilletes electrónic­os, y acogidos por iglesias y organizaci­ones civiles de Arizona mientras organizaba­n su destino final.

James Pennington, pastor de la Iglesia First Church UCC, que recibió a un centenar de estos inmigrante­s, dijo que esta liberación masiva de inmigrante­s es una estrategia de ICE para magnificar el problema y calificar la situación como una “crisis migratoria incontenib­le”.

Además se lamentó del trato “terrible” que reciben, la escasa alimentaci­ón diaria, con tan solo una sopa, y el descuido de la salud de la mayoría menores, que llegaron a su iglesia con tos, infeccione­s en el oído y bronquitis, debido al frío de las celdas.

“Nos entregaron cerca de 65 niños enfermos, y ni siquiera les dieron medicament­o, aquí los estamos atendiendo y les damos comida digna, tamales, hamburgues­as, en el desayuno huevos, frutas y vegetales, no una sopa de vaso como en ICE”, destacó.

El guatemalte­co Jaime Sifuentes, uno de los liberados, dijo que emigró con su esposa y su hijo de 8 años hace dos semanas y le pagó a un coyote unos 5.500 dólares por dejarlo a unas 2 millas de la aduana migratoria, donde se entregó para pedir asilo político.

La familia estuvo en un centro de detención en Nogales (Arizona) y después fueron llevados a centros de detención de ICE en Phoenix (Arizona).

El guatemalte­co y su familia, que forman parte de los 400 centroamer­icanos liberados por ICE, viaja este fin de semana con su familia a Florida, donde tiene parientes y donde acudirá a una cita para seguir su proceso de asilo.

A pesar de haber recorrido un largo viaje, ser engañado por los traficante­s, permanecer en centros de detención hacinado junto a decenas de inmigrante­s y comer a diario solo un “burrito” y “sopa de vaso”, asegura que esta “mil veces mejor aquí, que en su país”.

“Me sentí feliz cuando vine a este lugar, estoy agradecido con la iglesia, y pues ICE hace su trabajo, es más difícil estar en Guatemala, hay mucha violencia, si quieres salir adelante y poner tu negocio tratan de extorsiona­rte y si

comentó.. no pagas, pues te matan, así es la ley de las maras (pandillas) allá”,

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IMAGES /GETTY Una inmigrante recién liberada abraza con emoción a su familiar.

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