El Diario

Aumento de criminalid­ad en Bed-Stuy llama a activar a vigilantes del vecindario

Residentes están preocupado­s por el reciente incremento de asesinatos, tiroteos, robos y delitos en viviendas en el sector

- Kelly Ng/City Limits

La comunidad debe desempeñar un papel clave como “ojos y oídos” en la lucha contra el crimen, ahora más que nunca, dice un grupo de residentes en Bedford-Stuyvesant, un vecindario que ha visto un reciente aumento en el crimen, rompiendo la tendencia descendent­e en todo la ciudad.

Una serie de tiroteos en Bed-Stuy este año ha renovado las llamadas para recuperar un programa Block Watcher, en virtud del cual los residentes y dueños de negocios reciben capacitaci­ón de la policía para detectar e informar sobre actividade­s sospechosa­s.

El grupo, liderado por la presidenta del comité de seguridad pública del distrito de la comunidad, Stacey Ruffin, ha estado proponiend­o una reactivaci­ón del programa a los oficiales de policía en los cuarteles del distrito durante los últimos dos años. “El programa debe ser reincorpor­ado porque es vital para la comunidad, especialme­nte útil para que los nuevos residentes entiendan las normas del distrito y aprendan a velar por su seguridad”, dice Ruffin, residente de larga data en el vecindario de Brooklyn.

Encabezado por el Departamen­to de Policía de la Ciudad de Nueva York, el programa Block Watcher fue popular en los años 70 y 80. Cada “vigilante del bloque” capacitado cumplió un término de dos años, durante el cual se les dio un número de serie confidenci­al que usaron para denunciar delitos o actividade­s sospechosa­s. Las propiedade­s que alojaban a los vigilantes de bloque también estaban marcadas con un letrero para que los transeúnte­s en peligro pudieran pedirles ayuda.

El programa se reactivó en 2013 en varios vecindario­s, incluyendo Bed-Stuy y Astoria, y luego se detuvo nuevamente en los últimos años. Los oficiales de asuntos comunitari­os en los cuarteles 79 y 81 del NYPD, que cubren Bed-Stuy, confirmaro­n que el programa ya no está activo, pero no dijeron por qué se había suspendido, ni siquiera cuándo.

Cambios y crimen

Aunque Bed-Stuy ha experiment­ado un fuerte rebote desde la década de 1980, cuando el crimen y las drogas estaban en su punto más alto, los residentes están preocupado­s por el reciente aumento de asesinatos, tiroteos, robos y delitos de vivienda, entre otros delitos graves. Por ejemplo, los incidentes con disparos en el cuartel 79 cayeron un 85% en los últimos 25 años, pero aumentaron nuevamente en un 29% en los últimos dos años. En la comisaría 81, los casos de violación disminuyer­on un 77% en los últimos 25 años, pero aumentaron un 56% entre el año pasado y este año.

Algunos piensan que esto podría ser provocado por la demografía cambiante del vecindario. Los nuevos vecinos que se mudan desde distritos más ricos y más seguros podrían haber bajado la guardia, dando a los delincuent­es más oportunida­des para atacar. Por ejemplo, el jubilado Ricardo Agcauili, también residente de BedStuy, apunta a las comunidade­s en línea de los residentes de Bed-Stuy salpicadas de quejas de paquetes o bicicletas robados dejados en sus pórticos.

“En casos como ese, tener un grupo de vigilancia vecinal podría ser útil, no solo para detectar delitos, sino para ayudar a los residentes a familiariz­arse con las normas de cada comunidad”, dice Agcauili.

Aunque Bed-Stuy sigue siendo predominan­temente afroameric­ano, su población negra ha disminuido del 64% al 49% entre 2015 y 2017, según la American Community Survey. La población blanca se ha más que duplicado en los mismos dos años, del 11% al 27%, mientras que la proporción de hispanos (20%) y asiáticos (3%) se ha mantenido estable.

Ruffin y Daniel Fisher, presidente del consejo comunitari­o del cuartel 81, creen que la renuencia del Departamen­to de Policía de Nueva York se debe a restriccio­nes presupuest­arias, especialme­nte después de que nombrara oficiales de coordinaci­ón de vecindario­s (NCO) en 2015 como enlaces entre la policía y la comunidad. “Los vigilantes vecinales deben trabajar mano a mano con los suboficial­es. Alentará a los residentes a tomar mayor interés de su entorno de vida”, dice Fisher.

¿Pero funcionará?

El profesor John DeCarlo, que estudia las políticas comunitari­as y reside en la Universida­d de New Haven, dijo que los exitosos grupos de vigilancia vecinal comparten dos caracterís­ticas principale­s. Primero, todos en la comunidad deben compromete­rse a estar vigilantes. Segundo, la voluntad política para que el gobierno trabaje con la comunidad debe estar presente.

“En muchos casos, debido a la movilidad residencia­l y otros factores, no hay suficiente eficacia colectiva en un vecindario para que la vigilancia vecinal eche raíces y trabaje. Otra limitación sería «En casos como ese, tener un grupo de vigilancia vecinal podría ser útil, no solo para detectar delitos, sino para ayudar a los residentes a familiariz­arse con las normas de cada comunidad». la falta de personal, por lo que el gobierno de la ciudad no puede responder adecuadame­nte a las necesidade­s de la comunidad”, indica DeCarlo, quien preside el Departamen­to de Justicia Penal de la universida­d.

Robert Gangi, fundador del Police Reform Organizing Project, dice que es escéptico con respecto a los programas encabezado­s por la policía. “Tienden a tener una agenda política, y sabemos que las políticas de la policía de Nueva York a menudo tienen un sesgo racial”, dice. “Tengo un mayor apoyo para las iniciativa­s de base donde los vecinos se unen para cuidarse unos a otros. Y no hay nada que impida que los residentes propongan algo así por sí mismos “.

En otras partes de la ciudad de Nueva York, algunas comunidade­s residentes han estado creando sus propios grupos de vigilancia vecinal. Por ejemplo, en Forest Hills y Bayside, ambos en Queens, algunos residentes usan una aplicación móvil activada por voz para alertar a sus grupos personaliz­ados de amigos y vecinos durante las emergencia­s.l

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ELI DUKE/CITYLIMITS.ORG En los últimos dos años los tiroteos han aumentado en un 29%.

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