El Diario

Cierre de las cocinas de Pilotworks deja a emprendedo­res en la calle

- Ana B. Nieto

A Tina Diep, fundadora de la marca de crackers Hungry Birds Eats, le faltan ocho semanas para dar a luz a su segundo hijo. El colombiano Sebastián Jaramillo estaba ultimando detalles para abrir su propio local de comidas.

Los dos se encuentran ahora en una encrucijad­a después de trabajar duro para sacar adelante sus soñadas nuevas empresas de alimentaci­ón porque el sábado, el dueño de la cocina industrial donde tienen la licencia para operar, Pilotworks, cerró el gas y las puertas.

Y no son ellos solos. Hasta 177 negocios culinarios más que operaban en esta cocina de Brooklyn, están cavilando con angustia cómo mantener sus nacientes negocios de catering o distribuci­ón y venta.

Pilotworks, la empresa que operaba esta cocina en Brooklyn, no dio aviso antes de cerrar el lugar. Los cocineros apenas tuvieron tiempo o medios para recoger sus pertenenci­as en ese momento. La mayoría de los afectados son empresas de mujeres y minorías como Mi Casa Foods que Jaramillo fundó con su madre, Adriana Jaramillo, hace año y medio.

Ellos se dedican al catering y la venta en la red de comida casera, sobre todo empanadas, congeladas. Aunque su negocio es muy joven estaba creciendo muy rápido porque pasaron de hacer 200 empanadas a mano al día a 600 por hora con una máquina que pudieron comprar con un préstamo. El impulso les puso a trabajar en la apertura de un local propio pero para ello tenían que seguir cocinando desde esta cocina mientras preparaban y aguardaban las licencias de la nueva, un proceso que nunca es rápido.

“Ahora nos estamos chocando contra la pared”, lamenta Jaramillo.

Este colombiano empezó a trabajar precisamen­te en la gestión de estas cocinas cuando se abrieron por FoodWorks. Pilotworks, una start up que consiguió captar $15.2 millones de inversioni­stas, según crunchbase, las compró. Con ello operaba varias cocinas industrial­es comerciale­s en todo el país. La estrategia de albergar a nuevas empresas, revelaba Techcrunch, en vez de centrarse en marcas ya establecid­as no ha permitido el crecimient­o esperado por los inversioni­stas que ya no han comprometi­do más capital.

Jaramillo se desvinculó de la gestión de la empresa y abrió Mi Casa Foods dentro de estas cocinas.

Este empresario dice que la comunidad de Brooklyn en Bed Stuy está tendiendo la mano a los cocineros y empresario­s y muchos restaurant­es están ofreciendo realojos en sus cocinas para mantener los negocios.

Pero no es fácil. Diep ya tenía preparada la estrategia para que su negocio funcionara sin ella durante el tiempo que tenía para dar a luz y cuidar de su bebé pero ahora la situación es otra. Tendría que cambiar la licencia para cocinar en otro lugar y con ello perderá a algunos de sus distribuid­ores con los que trabajaba con la licencia específica que tenía.

“Tengo que empezar de nuevo, buscar una nueva cocina, asegurarme de que tienen el equipo que preciso, mover la licencia, y ahora no puedo”.

Jaramillo espera que la gente aún le compre empanadas que tienen en stock “y si llegan órdenes podremos pagar el espacio nuevo y seguir”. “Vamos a empujar para hacerlo, pero va a ser duro”, admite.l

 ?? LOMBARD /MARIELA ?? Pilotworks ha cerrado la cocina industrial que operaba en una antigua factoría de la farmacéuti­ca Pfizer en Brooklyn.
LOMBARD /MARIELA Pilotworks ha cerrado la cocina industrial que operaba en una antigua factoría de la farmacéuti­ca Pfizer en Brooklyn.

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