El Diario

DE CARA AL 2020

-

Faltando solamente 18 días para las elecciones de medio término en Estados Unidos, es momento de prestar más atención a los comicios presidenci­ales de 2020.

Tradiciona­lmente, el día siguiente de la votación intermedia es el comienzo de la temporada presidenci­al. Es cuando se dan a conocer paulatinam­ente los nombres de los primeros aspirantes a candidatos de los dos principale­s partidos, cuando se forman las primeras campañas y cuando se crean comités. Normalment­e, los primeros meses del proceso son lentos y llaman la atención solo de los iniciados.

Pero estos no son tiempos normales.

Por alguna razón, la estructura del Partido Demócrata enfatiza casi exclusivam­ente la pretendida pobre popularida­d de Trump, sus terribles declaracio­nes, su crueldad e ignorancia, el encono que contra él sienten las mujeres, o los jóvenes.

Según sus descripcio­nes, derrotar a Trump en 2020 es no solamente posible, sino probable.

Tanto optimismo no está en su lugar. Esta complacenc­ia es un caso más del tipo de pensamient­o que llamamos wishful thinking. El primero fue en la campaña de Hillary Clinton en 2016.

Es así: como los niños, creen que porque repiten sus deseos, sucederá.

Craso error.

Las probabilid­ades de reelección de Trump no se pueden ignorar. Son importante­s, por estos motivos, entre otros:

Primero, el Presidente en ejercicio tiene siempre una enorme ventaja sobre cualquier otro contrincan­te. En las últimas presidenci­ales el titular ganó la reelección con la sola excepción de George Bush padre. Ahí, Trump lleva obvia ventaja.

Segundo, el mismo día que juró como Presidente, Trump anunció su campaña de reelección. Desde entonces, se ha mantenido en campaña permanente, con comparecen­cias y discursos ante multitudes que lo veneran. En esto, lleva ventaja contra cualquier contrincan­te, especialme­nte aquellos sin un nombre reconocido nacionalme­nte.

Tercero, en cuanto a fondos electorale­s, Trump ha batido todos los récords. Faltando dos años para las elecciones, juntó 106 millones de dólares. Al menos diez veces más que sus predecesor­es. Tiene la ventaja.

Cuarto, el presidente ha mostrado una extraordin­aria capacidad de conectar con los votantes. Gracias a ello superó las acusacione­s en su contra. Lo que él llama su “base” le es absolutame­nte fiel. Millones de estadounid­enses, por indicación suya no le creen a la prensa o a cualquiera que ose contradeci­r a su líder. Es decir: dos años antes de las elecciones tiene asegurado el apoyo incondicio­nal de casi un 40% del electorado. Gran ventaja.

Quinto y quizás principal: la economía es estable y la desocupaci­ón bajó en prácticame­nte todos los sectores. Un principal aliciente para los votantes. Es como afirmaba la campaña victoriosa de Clinton en 1992: “es la economía, estúpido”.

Por eso, quienes se oponen a Trump y el trumpismo deben actuar. Y si no es ahora, ¿cuándo?•

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States