Nueva renovación en La Marqueta busca aumentar vendedores y visitantes
boricua se alza gloriosa a lado y lado, compartiendo protagonismo con símbolos patrios de otros países isleños como Haití. El olor a pan fresco mantiene a los visitantes con ganas de probar las delicias de Hot Bread Kitchen, una organización sin ánimo de lucro que brinda oportunidades de educación a mujeres inmigrantes, además de ayudarles a conseguir empleo.
“Aquí viene gente de todas partes, no solo de El Barrio, si no tanto gente que viene buscando conectarse con sus raíces latinas como otros de cualquier parte”, apuntó Molina, quien junto con otros comerciantes de La Marqueta organiza varios eventos para atraer más visitantes, parte de lo que ella misma dice complica las ventas: “El movimiento de personas aquí es muy ‘slow’ (suave)”.
Tabatha Lozano, dueña de Sprinkle Splash, una tienda de postres ubicada a pocos pasos del local de Molina, está de acuerdo con esta idea. Ella ubicó su negocio en La Marqueta hace más de dos años, y pese a los esfuerzos de la expresidenta del Concejo Municipal, Melissa Mark-Viverito, de revitalizar el espacio, invirtiendo $3 millones de los fondos del Concejo para realizar una renovación administrada por la Corporación de Desarrollo Económico de la Ciudad de Nueva York (NYCEDC), que permitiera a las pequeñas empresas locales ingresar al mercado sin las barreras habituales, Lozano dijo que “no hay muchos clientes”.
“No hay mucha gente que entra y los que lo hacen entran buscando su lechón, como lo hacían en el pasado”, continuó la repostera nacida en Nueva York, de origen puertorriqueño, quien a través de noches de películas para niños o fiestas de disfraces, quiere ayudar a “devolverle la vida a La Marqueta”.
“Crecí comprando aquí en La Marqueta y es un honor poder ser parte de ella siendo adulta”, puntualizó.
Con miras al pasado
“Me gustaría que se ponga una pizca del pasado en La Marqueta”, comentó Molina, quien anhela ver más personas caminar por los pasillos de esta emblemática edifica-