El Diario

Entra en vigor ley que obliga a policías identifica­rse durante detencione­s

Las nuevas medidas locales de “Derecho a Saber” pretenden proteger a ciudadanos durante encuentros con el NYPD

- José Martínez

Ni el paso de los años, 24 para ser más precisos, han podido borrar el dolor que sintió Iris Baez el día que encontró muerto a su hijo Anthony. El joven fue sometido a una llave de estrangula­miento por el oficial del Departamen­to de Policía de Nueva York (NYPD) Francis Livoti el 22 de diciembre de 1994.

“La idea de la relación entre la Policía y la comunidad está muy cerca de mi corazón. Fue un oficial de policía de la comunidad estacionad­o en mi cuadra el que mató a mi hijo porque el balón de fútbol de Anthony golpeó accidental­mente su patrulla”, dijo Baez, quien desde entonces se ha dedicado a ayudar a las familias que enfrentan la violencia policial, a través de la fundación que creó en honor a su hijo.

El anhelo de Baez de ver un cambio en la manera como el NYPD interactúa con comunidade­s de color podría hacerse realidad hoy, cuando entre en vigor la Ley del Derecho a Saber, un paquete de dos legislacio­nes de reforma policial aprobadas en diciembre de 2017 y que entre otras cosas, obliga a los uniformado­s a identifica­rse antes de detener a una personas.

Para discutir la implementa­ción de la ley, la madre se unió este jueves a miembros de la organizaci­ón Comunidade­s Unidas por la Reforma Policial (CPR) y varios concejales, como Antonio Reynoso, principal patrocinad­or de la legislació­n, quien explicó que la confianza es el componente más crítico en la re- lación entre la Uniformada y las comunidade­s que deben proteger.

“La práctica inconstitu­cional de detener y registrar erosionó esta confianza, particular­mente en las comunidade­s de color”, indicó Reynoso, quien agregó que la implementa­ción de la nueva ley “servirá como un paso hacia la reconstruc­ción de esta relación”.

Entre otras cosas, la legislació­n requerir que los oficiales se identifiqu­en y proporcion­en el nombre, rango, comisaría y número de teléfono de la Junta de Revisión de Quejas Civiles al final de los encuentros que no resulten en un arresto o una citación. Para ello, los policías contarán con tarjetas de presentaci­ón.

Reynoso se unió a sus colegas del Concejo Municipal Jumaane Williams, Brad Lander y Carlos Menchaca, para también señalar que la versión final de la ley de identifica­ción de la Uniformada, fue duramente criticada por los defensores de la reforma policial y opuesta por numerosos miembros del Concejo, debido, según los concejales, “a las grandes lagunas, las excepcione­s y las enmiendas de última hora que son contraprod­ucentes para la reforma policial”.

Michael Sisitzky, asesor jurídico de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU), apuntó que la Ley del Derecho a Saber fue diseñada inicialmen­te para encaminar al NYPD a fin de mejorar las relaciones con las comunidade­s sobrepobla­das y aumentar la transparen­cia durante los encuentros policiales, sin embargo, aseguró que debe haber un seguimient­o tras la puesta en marcha.

“Si bien la ley de Consentimi­ento para la Búsqueda aumentará la confianza entre la policía y las comunidade­s marginadas, el componente de identifica­ción policial no va lo suficiente­mente lejos como para garantizar que los oficiales rindan cuentas en todos los encuentros”, insistió Sisitzky. “La pregunta sigue siendo si el NYPD se compromete­rá a implementa­r esta nueva ley de buena fe, especialme­nte en comunidade­s de color que aún experiment­an una fuerte presencia policial en sus vecindario­s”, puntualizó.

“No acepto esta búsqueda”

Entre tanto, el concejal Menchaca recordó que todo ciudadano tiene el derecho a negarle acceso a un oficial para que requise sus cosas. Para el líder político, esta ley hará más difícil que la policía pueda “llegar a ser intrusiva”. “Lo clave es decir: ‘No acepto esta búsqueda’ y preguntar ¿Soy libre para irme?”, destacó el concejal.

Según Menchaca, se espera que la ley ayude a reducir las interaccio­nes innecesari­as con la policía y reducir los daños y abusos en las interaccio­nes policiales más comunes que tienen lugar en toda la ciudad, especialme­nte con neoyorquin­os hispanos, negros, inmigrante­s, LGBTQ y neoyorquin­os no conformes con su género, personas sin hogar, mujeres y jóvenes de color.

Defensores de la reforma policial aseguraron que las comunidade­s informarán sobre las violacione­s de la Ley de Derecho a Saber a la Junta de Revisión de Quejas Civiles (CCRB), además de aumentar su entrenamie­nto de vigilancia policial.

“Ahora que las leyes entran en vigencia, ‘Cop Watch’, la práctica de monitorear y documentar las actividade­s de la policía para disuadir y exponer la mala conducta, es más importante que nunca”, indicó Loyda Colón, codirector­a de la Comisión de Justicia. “Hacemos un llamado a todos los neoyorquin­os para que se detengan, observen y registren cuando ven a oficiales interactua­ndo con miembros de la comunidad e informen cualquier infracción de la Ley a su organizaci­ón local de Comunidade­s Unidas para la Reforma Policial”, concluyó Colón.

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MARIELA LOMBARD Concejal Antonio Reynoso durante una rueda de prensa en el City Hall, previo al inicio de la Ley de Derecho a Saber.

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