Dar vivienda “gratis” a conserjes para no pagar salarios es ilegal
Ese tipo de intercambio va contra la ley y autoridades laborales advierten a los “súper” que pueden reclamar sus derechos hasta por seis años atrasados
En 1989 el colombiano Luis Gil sintió que la suerte comenzaba a sonreírle justo cuando vivía hacinado en un cuartito junto a su esposa y sus dos hijos. El dueño de un edificio ubicado en Corona, Queens, le propuso un trato con el que él pensó que le “había sonado la flauta”. Él podría vivir en un pequeño estudio del inmueble de cuatro pisos, conformado por 16 apartamentos, y pagar tan solo $400 mensuales, con la condición de sacar las basuras, limpiar las áreas comunes del lugar y reparar “uno que otro daño” que reportaran los inquilinos. El inmigrante no lo pensó dos veces y aceptó. Se volvió el “súper”, el nuevo conserje del edificio, ubicado en la calle 95, pero asegura que los “pajaritos de oro” terminaron convirtiéndose en una historia de explotación y esclavitud moderna.
“Yo al principio pensé que el trato más o menos era justo y que compensaba las cosas, pero luego me di cuenta que el trabajo era demasiado. He trabajado allí de lunes a domingo por 19 años. Nunca he tenido un solo día de vacaciones y la dueña, que quedó a cargo cuando el esposo se le murió, ni un bono en diciembre me dio nunca”, comenta el inmigrante de 63 años, quien en el 2014 no aguantó más y decidió reclamar. Pero no le fue muy bien.
“Yo hablé con ella y le dije que tenía que pagarme algo porque yo del aire no podía vivir, y ella solo me dijo: ‘Ay Luis, yo que le voy a pagar a usted’. Se me rio en la cara y se fue”, recuerda el trabajador, quien lleno de frustración y rabia fue a buscar ayuda a la organización Make the Road NY, donde le explicaron que la ley estaba de su parte y que podía denunciar a su jefa y pelear por sus derechos.
“Ellos me abrieron los ojos, me educaron y ahí decidí poner una queja ante el Departamento de Labor y me ayudaron a conseguir un cheque de más de $22,000, pero no me ayudaron más y entonces puse otra demanda y aunque todo salió a mi favor, la dueña del edificio no se ha presentado y eso no se ha movido más”, agrega Gil, quien dejó su natal Medellín cuando tenía 29 años y quien confiesa que por muchos años agachó la cabeza por miedo a ser desalojado, pero hoy envía un mensaje a otros conserjes que viven su misma situación.
“Los dueños tienen que entender que eso de gratis no se puede y que por ley no pueden convertirnos en sus esclavos, porque a toda hora están llamando y ordenando, al igual que los inquilinos que no respetan horas. Creo que los ‘súper’ deben dejar ese miedo porque eso es lo que lo hace a uno más esclavos, y denunciar y reclamar lo que les corresponde”, agrega el padre de familia, mencionando una metáfora que para él resume su sentir. “Lo vuelven a uno como un águila en un gallinero, pero creo que si uno no se enfrenta con el toro, va a ser embestido toda la vida, porque esa es gente que quiere aprovecharse de uno y no le importa si uno comió, si se vistió o
si está enfermo”.
Sólo 6 años para hacer reclamos
Cristóbal Gutiérrez, del proyecto de Justicia Laboral de la organización Make the Road NY, que conoce el caso, advierte que por ley en el estado de Nueva York es ilegal que un casero pretenda dar tan solo un lugar de vivienda a un conserje a cambio de su trabajo y que así ese haya sido el acuerdo aceptado por ambas partes, viola la ley.
“La ley es clara y dice que todo trabajador en el estado debe ganar ingresos mínimos, y aunque en los casos de los ‘súper’ puede haber algunas deducciones, están establecidas por ley y tienen tope legal, pero si no les pagan lo justo tienen que denunciar”, dijo el defensor.
“Cualquier acuerdo o palabra o papel que se firme en ese sentido, va en contra de lo legal y no es reconocido como válido por ninguna corte, pues la ley es clara y dice que todo trabajador en el estado debe ganar ingresos mínimos, y aunque en los casos de los ‘súper’ puede haber algunas deducciones por vivienda, están establecidas por ley, y tienen tope legal. Pero si no les pagan lo justo tienen que denunciar y hacerlo lo más pronto posible”, dijo el defensor, quien explicó que las normas en Nueva York establecen que solamente se pueden reclamar salarios y daños hasta de seis años atrasados, algo que trabajadores como Gil consideran injusto.
“Ese es el plazo de prescripción que tienen en cuenta las cortes y en el Departamento de Trabajo generalmente no van más allá de tres años porque vemos que ellos tienen muchos casos para muy poca gente”, dijo el abogado, al tiempo que consideró que no debería haber límites de tiempo tan cortos. “Lo ideal sería aumentar los plazos de prescripción, siempre y cuando la aplicación de la ley sea efectiva”.
Piden revisar las leyes
La asambleísta estatal Carmen de la Rosa coincidió en que es necesario revisar esas leyes y se comprometió a que en la próxima sesión legislativa promoverá ese análisis. “Tenemos que revisar muy bien esas normas para garantizar que los trabajadores sean tratados con justicia y que los empleadores no tengan maneras de aprovecharse”, dijo la dominicana.
Modesta Toribio, organizadora comunitaria en la lucha por la recuperación de salarios robados, manifestó