El Diario

¿Pueden calentar la Serie los Dodgers?

Su destino está en manos de un novato, pero al regresar a casa necesitan jugar pelota de octubre

- LOS ÁNGELES

Cuando se trata de los Dodgers, se trata de una de las franquicia­s más ilustres y relevantes de los deportes, no sólo del béisbol, sino de todas las grandes ligas.

Pero también se trata de un equipo de dolorosas derrotas y largas sequías: ellos ganaron por fin la Serie Mundial de 1955, cuando todavía jugaban en Brooklyn, tras numerosas derrotas ante los Yankees; se coronaron en 1981 para romper una racha de cuatro Series Mundiales perdidas. Y hoy han pasado 30 años desde la última vez que celebraron una corona de las Grandes Ligas.

Los Dodgers regresan hoy a su estadio abajo 2-0 en la Serie Mundial 2018 contra los Medias Rojas de Boston. Los indicios para Los Ángeles no son nada buenos; sus bates se enfriaron en Fenway Park, su manager toma decisiones estratégic­as que no funcionan y el equipo de enfrente, acelerando en una temporada que muchos clasifican entre las más impresiona­ntes de to- dos los tiempos, no perdona.

Mientras los Medias Rojas llegan a Dodger Stadium invictos como visitantes en estos playoffs (ganaron dos juegos en Yankee Stadium y tres en Houston) y colocados a dos triunfos de su cuarto título desde 2004, los Dodgers necesitan reagrupars­e bajo el arropo de sus fans y el buen clima del sur de California.

Tampoco estaría mal que se encomendar­an a sus muchos héroes y al recuerdo de 1981.En aquella ocasión, los Yankees habían ganado los primeros partidos de la Serie Mundial en su casa y en el juego 3, ya en California, los Dodgers necesitaba­n que su novato estrella les pusiera de regreso en la pelea.

Fernando Valenzuela lo hizo, con un trabajado triunfo de 5-4. Los Dodgers se animaron y ganaron los siguientes tres encuentros para llevarse la gloria.

Walker Buehler, de tremenda temporada como debutante y notable actuación en el juego 7 de la Serie de Campeonato ante Milwaukee, es el abridor anunciado por el manager Dave Roberts. La consigna es ganar el partido a como dé lugar y empezar a voltear los papeles de una serie en la que Boston ha sido el mejor equipo, pero una en la que los Dodgers realmente han dejado de hacer muchas cosas.

En esta ciudad, con las nubes de tres décadas de espera desde las hazañas de Kirk Gibson y Orel Hershiser en 1988, el ánimo ha decaído acerca de las posibilida­des de ver a los Dodgers como campeones luego del pobre desempeño en los juegos 1 y 2.

El manager Roberts adelantó que habrá cambios en su alineación. Los cambios son inevitable­s, pero tal vez el más importante de todos, aunque improbable, es el enfoque del piloto angelino para tomar decisiones basadas a ultranza en análisis estadístic­o.

Las fórmulas tradiciona­les de la pelota no existen con estos Dodgers: estrellas dejadas en el banquillo porque batean a la zurda y el abridor rival es zurdo; cambios de lanzador acaso innecesari­os pero que se realizan porque el duelo o “matchup” con un determinad­o relevista luce favorable; demasiada rotación de jugadores a la defensiva que se refleja en fildeo a veces inseguro; swings de jonrón en situacione­s en las que es preferible batear líneas o al menos hacer contacto.

Un poco de todo eso se ha visto en la Serie Mundial y en general en los playoffs. La fórmula analítica traída al club por Andrew Friedman (presidente) y Farhan Zaidi (gerente) ha sido exitosa para reducir el costo de la nómina, elevar el rendimient­o de peloteros y ganar muchos juegos en temporada regular. Sin embargo, en playoffs la fórmula parece no funcionar con los mismos resultados.

La primera parte de la Serie Mundial se les fue a los Dodgers sin poder ofrecer su mejor versión contra un trabuco muy bien dirigido por su joven manager Alex Cora.

Roberts necesita desprender­se un poco de las estadístic­as y jugar béisbol de octubre, el béisbol que él mismo practicó para ayudar a los Medias Rojas a levantarse de un 0-3 ante los Yankees en aquella serie final de liga de 2004.

Nadie dijo que salir de sequías y acabar con maldicione­s sería sencillo. A Boston, justamente, le tomó 86 años y una remontada sin precedente­s para romper la llamada “Maldición del Bambino”. Los Cachorros sufrieron 71 años para poder regresar a la Serie Mundial y tuvieron que levantarse de la lona.

Imposible, no es.

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States