Reciben apoyo en la Gran Manzana
La primera conversación con los hijos sobre su orientación sexual o identidad de género es crucial porque de su reacción depende la salud del menor. La costarricense Carolina Solano, actriz de 37 años residente en Nueva York, es la madre de una hija trans de 20 años, Melissa Sauma. Recuerda la primera vez que Melissa (entonces se llamaba Sebastián) le dijo que era transexual. “Tenía 17 años, pasamos un momento genial de conversación cuando comenzó a ponerse tenso, vi que algo estaba mal, pero él no decía nada, ni me miraba”, relata.
Lo primero que pensó es que había dejado embarazada a alguna chica. “Nunca lo había imaginado”, dice. Pero le apoyó desde el primer momento que Sebastián le confesó: “Quiero ser mujer”, y acto seguido él mismo dijo “y no quiero volver a hablar de esto”.
Pasaron meses hasta que volvieron a conversar de ello. Sebastián viajó a Costa Rica y a la vuelta comenzaron con el tratamiento en Nueva York porque allí no existe ninguna clínica, las mujeres trans se automedican con píldoras anticonceptivas y habitualmente acaban siendo rechazadas por sus familias y ejerciendo la prostitución. En cambio, Melissa estudia en la universidad. “No fue fácil, especialmente para su papá o para sus abuelos”, afirma Carolina.
En Nueva York pudo llevar a cabo el tratamiento hormonal subvencionado gracias al programa para jóvenes Health Outreach To Teens (HOTT) en el centro Callen-Lorde en Chelsea (Manhattan). “Nunca me planteé no apoyarle porque así es como es, no se trata de una decisión como si tu hijo quiere tatuarse, es una necesidad”, concluye Carolina.