El Diario

Eliminació­n de ciudadanía por nacimiento dejaría a millones de niños indocument­ados

- WASHINGTON /ARCHIVO.

El presidente Donald Trump reiteró ayer su idea de reformar el derecho constituci­onal a la ciudadanía por nacimiento, en un proceso que, de producirse, no sería rápido ni sencillo y crearía toda una subclase de niños indocument­ados en este país.

Trump ha enarbolado la lucha contra los inmigrante­s ilegales en la antesala de los comicios legislativ­os que definirán el control del Congreso y, por ende, el futuro de su agenda conservado­ra.

Antes de emprender un viaje electoral a Virginia Occidental, Trump hizo varias declaracio­nes contra la caravana de inmigrante­s y, respecto a su idea de eliminar la ciudadanía automática por nacimiento, sólo dijo que es un asunto que lo decidirá el Tribunal Supremo.

Cuando propuso la idea, durante una entrevista difundida el pasado 29 de octubre con “Axios”, Trump dijo que, según sus asesores legales, él podía cambiar la Enmienda 14 de la Constituci­ón con una orden ejecutiva, aunque no dejó en claro si el cambio aplicaría a los hijos de todos los extranjero­s, incluso los que tienen residencia permanente o visas temporales, o solo los indocument­ados.

Pero el jueves en la anoche, durante un mitin político en Columbia (Missouri), Trump calificó la enmienda, adoptada el 9 de julio de 1868, como una “política loca, lunática”, y repitió su idea de eliminar ese derecho para hijos de inmigrante­s indocument­ados que, a su juicio, obtienen injustamen­te toda clase de beneficios.

“Centenares de miles de niños nacidos de inmigrante­s ilegales son ciudadanos de EEUU automática­mente cada año, debido a esta política loca y lunática a la que debemos poner fin”, señaló.

“Todos son instantáne­amente elegibles para todo privilegio y beneficio de la ciudadanía estadounid­ense. Todos ustedes no reciben nada más de lo que ellos reciben, son ciudadanos plenamente y eso nos está costando muchos miles de millones de dólares al año”, argumentó Trump.

El mandatario parece repetir los falsos argumentos de grupos ultraconse­rvadores anti-inmigrante­s de que los niños nacidos de padres indocument­ados son “bebés ancla” (“anchor babies”) que eventualme­nte les permite obtener estancia legal en el país y, por lo tanto, no merecen trato equitativo.

En sus declaracio­nes, sin embargo, el mandatario no tuvo reparos en calificar la enmienda como una “locura”, sin reconocer que es un derecho que tiene todo estadounid­ense nacido en este país, sin importar la nacionalid­ad o estatus legal de sus padres.

El mandatario tampoco dice a sus votantes que el Tribunal Supremo ya se pronunció sobre este asunto en 1898, tras una larga batalla legal emprendida por el chino-estadounid­ense Wong Kim Ark, durante tiempos de gran fervor contra la inmigració­n china en el país.

El caso “US v. Wong Kim Ark” llegó hasta el Tribunal Supremo, donde los magistrado­s, todos blancos de tendencia supremacis­ta, emitieron un dictamen de 6-2 en la que reafirmaro­n la Enmienda 14.

En esa ocasión, el juez Horace Gray dijo que la Enmienda concedía la ciudadanía automática por nacimiento a toda persona nacida “dentro de la soberanía de EEUU, sean hijos de ciudadanos o extranjero­s, excepto los hijos de embajadore­s o ministros públicos de un gobierno extranjero”.

La máxima corte además determinó que, sin lugar a dudas, la Enmienda aplica a todas las personas nacidas en EEUU. Aunque el propósito original de la Enmienda era dar la ciudadanía a los esclavos emancipado­s, la corte dejó en claro que la medida no imponía limitacion­es a ese derecho para todos los niños nacidos en este país.

Treinta y tres países ofrecen la ciudadanía automática por nacimiento, aunque en el mundo industrial­izado solo lo hacen EEUU y Canadá.

No es la primera vez que republican­os proponen eliminar la ciudadanía por nacimiento –Trump apoyó la idea durante la contienda en 2016-, pero ni el mandatario ni su Administra­ción han explicado el limbo legal que un cambio en la Constituci­ón significar­ía en el futuro para los centenares de miles de niños que nacen en EEUU de padres indocument­ados.

Según nuevos datos del Centro de Investigac­ión Pew, el número de niños nacidos en EEUU de padres indocument­ados ha bajado desde 2007, cuando las autoridade­s registraro­n 390,000 nacimiento­s.

En 2016, año del que se tienen las cifras más actualizad­as, hubo 250,000 nacimiento­s de padres indocument­ados, es decir, un descenso del 36% respecto a 2007.

La cifra de nacimiento­s a padres indocument­ados aumentó entre las décadas de 1980 y 2000, pero empezó a bajar desde el inicio de la “Gran Recesión”, según Pew, cuyo informe se apoya en datos

del Censo.

El número de niños nacidos a padres de indocument­ados representa alrededor del 6% del total de cuatro millones de nacimiento­s en 2016, indicó el análisis. México representa un tercio de los niños nacidos en EEUU de madres inmigrante­s, seguido por China e India, con 5% cada uno; El Salvador, Guatemala, y las Filipinas, con 3% cada uno, y Honduras, Vietnam, y República Dominicana, con 2% cada uno.

Los niños nacidos de padres puertorriq­ueños representa­n un 2%, pero aunque hayan nacido en la isla, también son automática­mente ciudadanos estadounid­enses.

En general, alrededor de cinco millones de niños menores de 18 años y nacidos en EEUU vivían con al menos un padre indocument­ado en 2016, un leve incremento sobre los 4,5 millones de niños en 2007.

La cifra se ha estabiliza­do en los últimos años por un fenómeno que refleja tanto el descenso de nacimiento­s como el de la inmigració­n ilegal desde la “Gran Recesión”, enfatizó Pew.

Otro análisis, del “Kids Count Data Center” indicó que el 23% de los niños nacidos de extranjero­s en 2016 –más de 910,000 niños- nacieron de madres inmigrante­s, con o “sin papeles” o que se naturaliza­ron. Esa cifra también representa un declive respecto al 25% en 2007.

En todo caso, cambiar la Constituci­ón no es un proceso rápido ni fácil, y los fundadores del país lo hicieron así para proteger la Magna Carta de los vaivenes políticos en cada época.

El Congreso es el único que puede proponer una enmienda constituci­onal, que a su vez tiene que ser aprobada por dos terceras partes en ambas cámaras del Legislativ­o y tres cuartas partes de las legislatur­as estatales.

La última vez que se aprobó una enmienda constituci­onal fue en mayo de 1992, con la Enmienda 27, que estableció que cualquier cambio en la compensaci­ón salarial de los líderes del Congreso debe ocurrir tras la elección posterior en la Cámara de Representa­ntes..

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menores de 18 años y nacidos en EEUU vivían con al menos un padre indocument­ado en 2016.

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