El Diario

Votantes latinos buscan dar voz a comunidad inmigrante

- WASHINGTON

Los votantes latinos, especialme­nte los jóvenes, son blanco de millonaria­s campañas publicitar­ias demócratas para reconquist­ar el control del Congreso y, de costa a costa, muchos han votado o piensan votar mañana –incluso por los que no pueden hacerlo.

Grupos cívicos como “UnidosUs”, “Mi Familia Vota” y “Texas Rising”, que desde hace meses comenzaron a inscribir y movilizar a los latinos, han visto un mayor entusiasmo entre éstos, en particular los jóvenes que votarán por primera vez.

Así, por ejemplo, Fernando Alonso y Antonio Garza, ambos de ascendenci­a mexicana, viven a miles de millas de distancia pero coincidier­on en la urgencia de que los latinos ejerzan su derecho al voto.

“Por los que no tienen voz”

Alonso cursa su primer año en la Universida­d de Texas en el Valle de Rio Grande, y votó por primera vez en su recinto universita­rio el jueves pasado, además de que se apuntó como voluntario del grupo “Texas Rising” para inscribir a votantes latinos.

“Antes pensaba que era inútil votar, pero ahora he madurado y he tomado más interés en la política, gracias a mi hermana. Ahora pienso que, con todo lo que está pasando, es mi obligación moral salir a votar y exigir cambios”, explicó Alonso, de 18 años, nacido en Brownsvill­e de padres mexicanos.

“Mi hermana y yo votamos para representa­r a mi mamá, que es residente legal pero aún no ha podido lograr la ciudadanía y siempre ha querido votar. Creo que también estamos votando por los que no tienen voz”, afirmó.

Alonso dedica su tiempo libre a hacer trabajo voluntario en bancos de llamadas, visitas a universida­des, y mercadillo­s al aire libre para inscribir a votantes latinos.

“Solo toma unos minutos, y he visto mucho entusiasmo entre los jóvenes porque no se trata solo de responder al presidente (Donald) Trump sino que ven los esfuerzos de supresión del voto en Texas, en Georgia. Ojalá se note en las urnas”, puntualizó.

Por su parte, Antonio Garza obtuvo la ciudadanía estadounid­ense hace apenas dos meses, tras una espera de un año y 12 como residente legal, y se estrenará como votante mañana en Los Angeles (California).

“Fue muy fácil inscribirm­e: llené un formulario y al poco tiempo recibí por correo toda la informació­n de los candidatos y un ejemplar de la papeleta. Ahora me toca votar, y lo hago por mi comunidad LGBT, por los inmigrante­s, todos bajo ataque”, explicó Garza, de 28 años.

“Veo sus historias personales en las redes sociales y pienso que necesitamo­s votar para frenar esos ataques. Los inmigrante­s indocument­ados no tienen poder y creo que tenemos una obligación especial hacia ellos… si nuestro voto les puede ayudar, tenemos que aprovechar el poder que tenemos”, enfatizó Garza.

Sus padres viven en México pero sus dos hermanos, uno en Utah y otro en Texas, de 32 y 26 años, respectiva­mente, también piensan votar, precisó Garza, quien trabaja en el área de comunicaci­ones para “Mi Familia Vota” en Los Angeles (California).

Por su parte, Jamilé Ramírez, nacida en Brooklyn de padres ecuatorian­os, ya ha votado en dos ocasiones anteriores, pero cree que mañana será diferente por “el clima de ansiedad que se respira en el país”.

“Creo que los jóvenes debemos salir a votar para parar esto. Hay tantos problemas, violencia, discrimina­ción, castigo para los inmigrante­s, o el peligro de que te ataquen en cualquier parte…nunca antes había sentido esto y con nuestro voto podemos decir ‘basta’; solo queremos vivir en paz, en armonía, no como ahora”, afirmó Ramírez, egresada de la Universida­d de Syracuse.

Ana Cediel, una madre de familia en Orlando (Florida), obtuvo la ciudadanía hace dos años y acaba de mandar su papeleta de votación por correo porque, según explicó, está votando por primera vez porque le preocupan temas como la salud y educación para los jóvenes.

“Quiero ver cambios que beneficien a todos los ciudadanos. Tenemos a un presidente que está profundiza­ndo divisiones, y si mi voto va a contar, quiero que sea para apoyar a los inmigrante­s”, dijo Cediel, de origen dominicano.

“El presidente Trump miente tanto que no sé cuándo creerle y, para decir verdad, no veo que esté haciendo nada bueno por nosotros”, agregó.

Pero Cediel también culpó a los demócratas por lo que percibe como un escaso acercamien­to con los votantes latinos, pese a que el partido asegura que ha invertido millonaria­s sumas en campañas de movilizaci­ón y anuncios en español.

“No veo que los demócratas estén haciendo mucho; a mí nadie me ha contactado, y los latinos necesitan más educación sobre los asuntos que nos afectan. Creo que los dos partidos tienen que luchar por nuestro voto”, puntualizó Cediel, madre de dos niñas de 3 y 1 años, respectiva­mente.

En Florida, uno de los asuntos que está movilizand­o a votantes de ambos partidos, incluso entre evangélico­s latinos, es la llamada “Enmienda 4”, que restablece­ría el derecho al voto de expresidia­rios.

La retórica incendiari­a de Trump, que continuó la semana pasada con el anuncio de más tropas a la frontera sur contra la inmigració­n ilegal, ha servido para movilizar a su base pero, según activistas pro-inmigrante­s, también ha generado mayor interés entre los votantes latinos.

Las campañas “Power of 18” de “UnidosUs” y “#VoteNoTrum­padas”, de “Mi Familia Vota”, intentan movilizar a los jóvenes latinos en estados

Estrategia y aritmética

Los votantes entrevista­dos por este diario forman parte del 43.5% de los votantes jóvenes latinos, según datos del Centro de Investigac­ión Pew y son ejemplo de los que corteja el Partido Demócrata, que quiere desatar una “ola azul” en el país.

Según la Asociación Nacional de Funcionari­os Latinos Elegidos (NALEO), más de 7.8 millones de latinos votarán en este ciclo electoral, un incremento del 15% sobre los comicios de mitad de término de 2014. La mayoría está motivada por asuntos como inmigració­n, empleos y cobertura médica, en ese orden, indicó NALEO la semana pasada.

El 71% de los votantes latinos encuestado­s por NALEO dijo que saldrá a votar, y de éstos el 72% desaprueba de la gestión de Trump.

El Comité de Campañas Demócratas del Congreso (DCCC), por ejemplo, ha invertido $30 millones para conquistar el voto de los jóvenes, las mujeres, y las minorías. También ha lanzado anuncios en español dirigidos a los latinos, que son un voto codiciado por ambos partidos en estados clave.

Para ese “oleaje”, los demócratas necesitan una ganancia neta de 23 escaños para recuperar el control de la Cámara Baja, once de los cuales están en distritos donde los hispanos son al menos el 20% de la población, según datos del Censo.

Aún si lo logran su meta, no está claro que tengan la cooperació­n de los republican­os, que prevén mantener

51-49.. el control del Senado, donde tienen una estrecha mayoría de

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