La “Betomanía” en acción
Creo que desde la fiebre de la “Obamanía” en 2008 no había presenciado tanto entusiasmo entre votantes de todas las edades. Jóvenes, viejos, demócratas y algunos republicanos, e incluso niños y perros se fueron congregando en el Parque Moody del Norte de Houston, donde se ubica uno de los precintos de votación adelantada, para escuchar y, claro está, retratarse con la figura del momento: el congresista demócrata Beto O’Rourke, quien intenta quitarle el escaño al Senado federal por Texas al republicano Ted Cruz.
Si la tarea dependiera únicamente de carisma y simpatía, O’Rourke sin duda ya habría ganado. El martes presencié en vivo y a todo color la “Betomanía” en acción.
“Soy nacida y criada en Texas. Mis padres eran republicanos y siempre pensé que sería republicana, pero he visto al Partido Republicano tornarse en algo que no era. No es el partido al que mis padres pertenecían o el de las creencias que ellos me enseñaron”, dijo la republicana Sandra Gunn, luciendo una camiseta en la que se leía “Republicanos por Beto”.
Gunn votó por Cruz en 2012, y por Donald Trump en 2016, dijo, pero este año el demócrata O’Rourke se llevó su voto.
Carol Neyland es una republicana que en la era de Trump se considera independiente, pero también votó por el demócrata O’Rourke.
“Me desapegué de los republicanos porque no puedo tolerar el rumbo que han tomado. Trump y sus seguidores no representan lo que creemos. No estoy lista para decir que soy demócrata, pero siempre voto por la persona, el candidato. No soy una ciega seguidora de un partido”, indicó.
“Trump tiene un grupo central de gente que nos está llevando en una dirección inmoral y descabellada. Llena de mentiras, de acoso, de división. Si tú eres una persona a la que no puedo invitar a mi casa, entonces tampoco puedes ser mi líder”, agregó Neyland. Por eso, dijo, descartó a Cruz.
Natalie Flores y Miriam Vicente también votaron por Beto. La primera porque O’Rourke apoya a los Dreamers y DACA; la segunda porque el candidato demócrata defiende la inversión en la educación, tema importante para ella.
No puedo pronosticar si los votantes jóvenes, sobre todo los latinos, saldrán en las cifras requeridas para impulsar una victoria de O’Rourke. Pero algo me dice que, gane o pierda, esta no será la última vez que escuchemos del joven Beto. ¿Beto 2020 ó 2024?
El tiempo dirá.l