UN VOTO QUE BUSCA EQUILIBRIO
La elección legislativa del martes es la más importante de este tipo que se tenga memoria. Es la oportunidad para que se rompa el control que los republicanos tienen en el Congreso que da rienda libre a los excesos de la administración Trump. El voto es el camino para lograrlo.
Los diversos análisis estiman que los demócratas probablemente ganarán la mayoría de escaños en la Cámara de Representantes. No obstante, esto no debe ser motivo de exceso de confianza. El comicio de 2016 dejó la lección de que las sorpresas están a la orden del día para los votantes que creen en la tranquilidad de las encuestas de opinión.
Los republicanos apuestan a que puedan defender la Cámara Baja por apenas un escaño de diferencia. Un margen suficiente para que junto con su mayoría puedan seguir adelante con el trabajo comenzado.
El presidente Donald Trump en casi dos años mostró una agenda legislativa perjudicial para la mayoría de los estadounidenses. Además de ser especialmente hostil hacia las minorías e inmigrantes.
Hasta ahora se ha visto una reforma impositiva orientada para los más pudientes, con cláusulas específicas que perjudican la deducción de impuestos a los contribuyentes de California y Nueva York. La desregulación en industrias que dañan el agua, la tierra y el aire que respiran los estadounidenses. Un ataque incesante para destruir la Ley de Cobertura de Salud que otorga millones de personas una cobertura médica.
Sin la presencia del fallecido senador John McCain, un nuevo Congreso republicano será el final del Obamacare. La Cámara Baja estará en manos de un liderazgo más extremista que el de Paul Ryan y habrá una presidencia envalentonada para incrementar en sus excesos.
Esta presidencia es una de las más divisivas de la historia. Una victoria demócrata no impedirá que el presidente Donald Trump siga agrediendo a la comunidad inmigrante como lo lleva haciendo ahora. Si el pasado es un ejemplo del futuro, el Mandatario redoblará su mensaje de odio como un camino para la reelección del 2020.
Una oposición demócrata en control de la Cámara Baja será más que una voz razonable en medio de un debate dominado por un chauvinismo nacionalista. Su presencia será un recuerdo permanente que Trump y sus legisladores no representan “al pueblo estadounidense” como lo llevan diciendo por dos años. Será la señal de que a partir de 2020 existe una posibilidad de revertir la destrucción del sistema democrático que se está llevando a cabo desde la Casa Blanca.
Todo esto puede comenzar el martes en las urnas. Cada votante tiene la responsabilidad de hacerlo posible. De lograr cambios en Washington como en su estados y su ciudad participando en la elección. Si estamos como estamos es porque hubo gente que no participó en 2016. No sea hoy uno de ellos.•