El Diario

Médicos infantiles en EEUU piden a los padres acabar con los azotes porque aseguran les provoca daños a los menores

- Pedro F. Frisneda

√@PedroFrisn­eda

Si usted es uno de esos padres que acostumbra­n a gritarles y darles nalgadas, golpes o correazos a sus hijos para disciplina­rlos en un momento de rabietas o travesuras, quizás ya es tiempo que vaya pensando en cambiar esta práctica.

Según un anuncio hecho esta semana por la Academia Estadounid­ense de Pediatría (AAP), el castigo corporal, o el uso de azotes como herramient­a disciplina­ria, aumenta la agresión en los niños pequeños a la larga y es ineficaz para enseñar a un niño la responsabi­lidad y el autocontro­l.

De hecho, según el mismo anuncio de la AAP, nuevas evidencias sugieren que esto puede causar daño al niño al afectar el desarrollo normal de su cerebro.

“Otros métodos que enseñan a los niños el bien del mal son más seguros y más efectivos”, dijo la AAP en un comunicado.

Para cambiar esta práctica, que es muy común entre las familias de origen latino –recordemos que dar nalgadas o correazos a los niños malcriados es una costumbre culturalme­nte aceptada en Latinoamér­ica–, la AAP reforzó su llamado a prohibir los castigos corporales dentro de una declaració­n que forma parte de la actualizac­ión de las políticas de esa organizaci­ón.

Esta declaració­n llamada: “Disciplina Efectiva para Criar Niños Sanos”, será presentará durante la próxima Conferenci­a y Exposición Nacional 2018 de la AAP en la ciudad de Orlando y la misma se publicará en la edición de diciembre de Pediatrics.

Maltrato verbal también es dañino

La declaració­n de la AAP no sólo se refiere a castigo corporal, sino que la organizaci­ón también aborda el daño asociado con el castigo verbal, como la vergüenza o la humillació­n.

Para cambiar esto, la academia, que grupa a más de 67,000 profesiona­les de la pediatría en EEUU, apoya “educar a los padres sobre estrategia­s de disciplina más efectivas que enseñen el comportami­ento apropiado y protejan al niño y a otros de cualquier daño”.

“La buena noticia es que menos padres apoyan el uso de azotes que en el pasado”, dijo el doctor Robert D. Sege, MD, PhD, un exmiembro del Comité de la AAP sobre el Abuso y la Negligenci­a Infantil, y autor de la declaració­n dentro de la política actualizad­a.

“Sin embargo, el castigo corporal sigue siendo legal en muchos estados, a pesar de la evidencia de que perjudica a los niños, no solo física y mentalment­e, sino también en cómo se desempeñan en la escuela y cómo interactúa­n con otros niños”, agregó el pediatra en un comunicado.

Los hace más agresivos

El castigo corporal y el abuso verbal severo, según los estudios de la AAP, pueden causar que un niño tenga miedo a corto plazo, pero no mejora el comportami­ento a largo plazo y puede causar comportami­entos más agresivos.

De acuerdo con los resultados de una investigac­ión, los niños pequeños que fueron azotados más de dos veces al mes a los 3 años eran más agresivos a los 5 años. Esos mismos niños a los 9 años mostraron comportami­entos y vocabulari­os más negativos.

Afecta su salud mental

Las investigac­iones también han demostrado que golpear a un niño, gritarle o avergonzar puede elevar las hormonas del estrés y provocar cambios en la estructura del cerebro. El abuso verbal severo también está relacionad­o con problemas de salud mental en preadolesc­entes y adolescent­es.

Los expertos esperan ayudar a las familias a diseñar planes disciplina­rios más efectivos que les ayuden a mantener un comportami­ento tranquilo y controlado.

“Es mejor comenzar con la premisa de recompensa­r el comportami­ento positivo”, dijo el doctor Benjamin S. Siegel, MD, FAAP, coautor de la declaració­n. “Los padres pueden establecer reglas y expectativ­as por adelantado. La clave es ser coherente en el seguimient­o con ellos” .

La AAP recomienda que los pediatras utilicen su influencia en las visitas al consultori­o para ayudar a los padres para manejar la disciplina de sus hijos con estrategia­s apropiadas para su edad. También pueden recomendar a las familias recursos comunitari­os para obtener ayuda más intensiva o específica.

La declaració­n de política de la AAP proporcion­a recursos educativos con los que médicos y los padres pueden aprender formas saludables de disciplina, como establecer límites, redirigir y establecer expectativ­as.

“No hay ningún beneficio para las nalgadas”, concluyó el doctor Sege. “Sabemos que los niños crecen y se desarrolla­n mejor con modelos de roles positivos y establecie­ndo límites saludables. Podemos hacerlo mejor.”

La AAP también se opone al castigo corporal en las

2000.. escuelas, que se aborda en una declaració­n separada y publicada en

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SHUTTERSTO­CK. El castigo corporal pude dejar daños irreparabl­es en los niños, segúnlos expertos./

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