¿Café o té?
El otoño ya empezó, y el clima frío invita a ingerir reconfortantes bebidas calientes.
Aquí te decimos qué aportan dos de las infusiones más populares en todo el mundo, para que elijas la que te vaya mejor. Contiene cafeína, estimulante que incrementa la actividad cerebral y pone en estado de alerta el sistema nervioso.
Es rico en ácidos orgánicos antioxidantes; además, contiene niacina (vitamina B3), potasio y riboflavina (vitamina B2).
En dosis moderadas, de 2 a 3 tazas al día, ayuda a la circulación y previene enfermedades cardiovasculares.
Favorece el proceso digestivo y sus compuestos fenólicos ayudan a regular la flora intestinal. Su efecto diurético permite desechar minerales acumulados en el organismo Aunque en menor proporción y dependiendo de su manufactura, el té -hojas y brotes de camelia sinensis- contiene cafeína (teína).
Es rico en l-teanina, aminoácido que genera una sensación de relajación.
Contiene antioxidantes, vitaminas B1, B2, C y E, y es alto en flúor y otros minerales.
Ayuda a reducir triglicéridos y estimula el metabolismo gracias a su contenido del antioxidante galato de epigalocatequina.
Apoya la incorporación de enzimas de desintoxicación y promueve el crecimiento de bacterias intestinales benéficas.