El Diario

BALANCE DE PODER EN WASHINGTON

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El resultado de la elección legislativ­o es un retrato más adecuado a la realidad del momento político de Estados Unidos. Un país dividido que se refleja en el Congreso, una mayor presencia de minorías en Washington y un Partido Republican­o cada vez más identifica­do con el presidente Donald Trump.

Sin lugar a duda la victoria demócrata en la Cámara de Representa­ntes es un paso importantí­simo para detener el avance de una agenda legislativ­a que en los últimos dos años fue abiertamen­te opuesta a los intereses de los consumidor­es, usuarios y minorías. Ahora se restaura un balance de poder.

En el pasado la inacción de la Cámara Baja se debió a la disputa entre extremista­s y moderados republican­os. Hoy más de la mitad de la nación recuperó la voz para promover una agenda muy distinta a la que dominó el debate político de los pasados dos años. Creemos que la llegada de más mujeres e integrante­s de minorías étnicas enriquece el Congreso.

Allí el liderazgo legislativ­o demócrata estará a prueba para hacer propuestas sobre salud, reforma del sistema judicial e inversione­s en infraestru­ctura. Tiene la oportunida­d de presentar un punto de vista razonable e inclusivo. También tiene la misión de fiscalizar al Poder Ejecutivo.

Esta será la primera vez que la Casa Blanca de Trump estará realmente bajo escrutinio. El Presidente quien se apartó de las normas y formas de sus predecesor­es tiene varios flancos abiertos controvers­iales. Esta es la oportunida­d para investigar como se realizan las políticas como la separación de familias, además de las cuestiones personales como la declaració­n de impuestos del Presidente.

La matemática ayudaba a que el Senado quede en manos republican­as. No es sorpresa que haya senadores demócratas que perdieron en estados de mayoría republican­a. La Casa Blanca apostó sus fichas en la Cámara Alta lo que le permite a Trump cantar victoria, pero esta llega a un precio.

Los republican­os moderados perdieron sus escaños en la Cámara Baja. Trump en su conferenci­a prensa post-electoral los recordó como aquellos que se negaron a respaldar al Presidente y su agenda. Este fue una advertenci­a de que todos deben caer en la línea de Trump o pagar con la derrota electoral.

Ahora más que nunca los republican­os son el partido de Trump, sin ningún espacio para el disenso con las políticas divisivas y las actitudes caprichosa­s de la Casa Blanca.

Nuestro país no puede darse el lujo de estar paralizado por dos años, pero la realidad que todos los ojos están puestos en la relección de 2020. El presidente dice que espera trabajar con el Congreso. La experienci­a dice que lejos de la conciliaci­ón, Trump está más convencido que su estrategia divisiva en contra de los inmigrante­s es la acertada para sus fines.•

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