El Diario

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Apesar de que los padres demandan opciones en la educación de sus hijos, existen muchos mitos alrededor del tema, especialme­nte cuando son ofrecidas por institucio­nes privadas.

Uno de los mitos más populares sugiere que, cuando los padres optan por una beca, un vale educativo o cualquier otro mecanismo que le permite trasladar a sus hijos de una escuela pública a una privada, el sistema público se empobrece. En verdad, ocurre lo contrario.

Le cuesta más al contribuye­nte y al Estado educar a un niño en los distritos escolares tradiciona­les que fuera de ellos. La subvención para educar a cada pupilo combina el ingreso provenient­e de tres fuentes públicas: el gobierno federal, estatal y local o municipal.

A principios del año escolar, cuando la escuela hace el famoso conteo conocido en inglés como the headcount, se busca establecer el número exacto de estudiante­s que servirá durante un año escolar determinad­o. Por cada una de esas cabecitas contadas, el gobierno le manda a la escuela un cheque. l valor del cheque se conseguirá multiplica­ndo el número total de niños (1,000 por ejemplo) por el costo por pupilo, al cual se llega calculando una serie de variables que no vamos a contemplar aquí y que incluye todos los servicios que el individuo recibe (docencia, comida, transporta­ción, acomodacio­nes, libros, útiles, etc.).

Ahora bien, si una empresa privada hace una donación a un programa de becas em-

ELos padres deben estar atentos para asesorar y encaminar a sus hijos en el camino académico. Hay que regirse a los hechos no a los mitos. pleando una tax credit scholarshi­p y esta beca se invierte en la colegiatur­a para pagar por una educación privada, el Estado habrá educado un niño más sin requerir un centavo de ninguna de las tres fuentes arriba citadas.

Digamos que, en lugar de pagar la colegiatur­a con una beca, el padre decide usar un vale educativo. Dicho vale no tendrá el mismo valor que el costo público por pupilo, sino que valdrá menos. ¿Por qué menos? De los doce programas de vales educativos en existencia en los Estados Unidos, ninguno puede tocar la parte de los fondos procedente­s del gobierno federal, teniendo que valerse únicamente de la porción local y -parcial o totalmente- de la estatal.

Costo por pupilo

De esta manera, un estudiante de escuela pública, cuyo costo por pupilo supongamos era de $7,000, recibirá $5,700 al optar por un vale, ya que el vale no incluirá la parte correspond­iente a fondos federales.

De hecho, en los Estados donde actualment­e se encuentran implementa­ndo programas de vales educativos ha habido un ahorro de 13-120 millones de dólares anuales.

Lo anterior es la realidad, no un mito.l

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