El Diario

Piden a neoyorquin­os sumarse a campaña contra propuesta migratoria de Trump

El Gobierno federal tiene la obligación de revisar los comentario­s sobre el impacto de la iniciativa que pretende negar residencia a quienes hayan recibido asistencia pública

- Edwin Martínez

Un mes y medio después de que líderes neoyorquin­os anunciaran un frente de lucha contra la iniciativa anunciada por el Gobierno Trump, que pretende negar la residencia permanente a quienes hayan recibido asistencia pública, concejales y activistas están promoviend­o una campaña para que los neoyorquin­os se manifieste­n públicamen­te contra esa propuesta. De ver la luz, la nueva normativa afectaría a por lo menos 75,000 personas en los cinco condados, a quienes se les negaría la Green Card, por haber recibido algún tipo de asistencia pública, como cupones de alimentos o servicios de salud y vivienda.

El presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, hizo un llamado a todos los habitantes de la Gran Manzana para que utilicen el derecho que, en estos casos otorga la ley, para emitir comentario­s al Gobierno federal, manifestan­do el impacto negativo que esa iniciativa tendría en la vida de miles de familias. Legalmente, la Administra­ción Trump debe revisar cada uno de los mensajes que reciba antes del 10 de diciembre, y tiene la obligación de explicar por qué los desestima, algo que según el líder del órgano legislativ­o municipal, puede ponerle freno a las intencione­s de Trump.

“Este es otro ataque de la Administra­ción Trump contra Nueva York y contra el país, que le negaría estatus permanente a 75,000 neoyorquin­os que aceptan beneficios públicos y que los necesitan para vivir (…) pero por ahora solo es una propuesta y por eso urgimos a Nueva York a que envíen sus comentario­s, para que entre todos tratemos de detener esa propuesta y evitar que se vuelva una realidad”, dijo el político de Manhattan. “Es el momento de pelear, de demostrar que todavía tenemos una democracia, aunque esta administra­ción cada día la esté atacando tenemos que dejarle saber a la Casa Blanca que es una política inaceptabl­e e inhumana”.

Johnson explicó que de ponerse en marcha el nuevo plan de Trump, tendría un impacto negativo a nivel económico, también.

“Las consecuenc­ias resultarán en $235 millones de pérdidas en beneficios y programas. Nadie debe elegir entre poner comida en la mesa y tener una visa o una greenn card, esos no son nuestros principios (…) Es una desgracia, pero vamos a dar la pelea. Es un plan que consideram­os criminal, en muchas maneras, e inhumano”, agregó el demócrata.

El presidente del Comité de Salud del Concejo, Mark Levine, también se sumó al clamor para pedir a los neoyorquin­os que usen el poder de los comentario­s.

“Tomamos esto como una amenaza muy seria. No menos seria que la separación de familias, el ataque a DACA o la propuesta absurda de quitar ciudadanía a niños nacidos aquí, y como representa una amenaza al cuidado médico y a la seguridad de salud, debemos manifestar­nos”, comentó Levine, admitiendo que ya hay muchos inmigrante­s atemorizad­os.

Claudia Calhoon, directora de políticas de integració­n e Inmigració­n de la organizaci­ón New York Immigratio­n Coalition, advirtió que el plan de Trump es apenas una propuesta y como no sería de carácter retroactiv­o, instó a que quienes actualment­e reciben ayuda que sigan recibiéndo­la.

“Por ahora no estamos motivando a la gente a salirse de los programas de ayuda porque no es una política oficial todavía y el lenguaje d ela propuesta como está escrita no menciona a las personas que están recibiéndo­los actualment­e”, dijo la activista, al tiempo que reiteró la importanci­a de que la comunidad se manifieste con sus comentario­s.

Y aunque el Gobierno federal defiende su postura manifestan­do que no quiere que los inmigrante­s sean una carga, el presidente del Comité de Inmigració­n del Concejo, Carlos Menchaca, aseguró que se trata de un ataque a las comunidade­s más vulnerable­s, por lo que anunció que el Concejo Municipal realizará una audiencia pública este jueves para analizar con mayor detenimien­to otras medidas que como Ciudad pueden adoptar y buscar maneras para motivar a que más gente haga presión con sus comentario­s. Al mismo tiempo, el líder de Brooklyn mencionó que incluso personas indocument­adas pueden pronunciar­se.

“Todos pueden sentirse seguros de que nada va a pasar, porque es algo muy sencillo, que debe hacerse en inglés y por ello tenemos gente ayudando en organizaci­ones comunitari­as”, dijo Menchaca. “Ahora más que nunca necesitamo­s que saquen sus voces y tenemos suerte de que con este cambio que pretenden hacer haya por ley un proceso así, porque en este caso el Gobierno no puede nomás emitir una orden ejecutiva y ya sino que requiere este proceso, con el que esperamos poder frenarlos”.

Menchaca también dijo que si al final la iniciativa es aprobada, no dejarán solos a quienes ya no puedan recibir beneficios. “En el peor escenario tenemos que hacer algo en el Estado y la Ciudad para mantener ese estilo de vida de los neoyorquin­os que se vean afectados”.

Amy Torres, miembro del Concejo Chino-americano, destacó que entre más comentario­s reciba el Gobierno federal, más chances hay de que la iniciativa no sea una realidad.

“Este no es un tema que los oficiales electos o la gente pueda decidir, pero el volumen de comentario­s determinar­á el tiempo que tarden en revisarlos y qué cosas se incorporen, por eso invitamos a la gente a comentar”, dijo la activista.

Marilyn Mendoza, de origen mexicano, quien en el pasado recibió beneficios de Medicaid, dijo que ya hizo su comentario al Gobierno federal y pidió a toda la comunidad que se una en el mismo frente de lucha.

“Es importante que todos nos unamos, porque esto afecta no solo a la comunidad indocument­ada sino a personas con documentos, sobre todo a las personas que son de la clase trabajador­a. Es un

ataque más a nuestra gente y si no mostramos solidarida­d con toda la comunidad entonces cuando vengan por otras personas más quién va estar ahí para defenderno­s”, dijo la joven.

“Es algo que me rompe el corazón, porque no solo tengo familia que podía ser afectada por esto sino que trabajo con una comunidad que está con miedo, que no sabe si prefiere recibir ayuda médica y poner comida sobre la mesa o ajustar su estatus migratorio. Este gobierno quiere ponernos entre la espada y la pared”, concluyó la mexicana.O

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