Mejía Barón no aceptó
Héctor Miguel Zelada voló una vez más. Sus guantes tocaron el cielo la noche del martes. El reconocimiento que más esperaba, dijo, es el de la investidura al Salón de la Fama del Fútbol. Y eso que logros no le faltan al campeón del mundo con Argentina en 1986 y al célebre forjador del título más resonante del Club América, con aquel penal detenido a Eduardo Cisneros en la final mexicana contra Chivas en 1984.
“He recibido muchos reconocimientos a lo largo de mi carrera, este sin duda es el más importante, el más trascendente. Es mi graduación. Es mi pasaporte al cielo”, dijo Zelada en su discurso.
El portero que contuvo el penal más recordado en la historia del fútbol mexicano, no pudo contener las lágrimas.
“Hubo un momento culminante que yo digo que estoy vivo futbolísticamente hablando en México, el reconocimiento de la gente, en fin, esa jugada puntual quedó grabada en 50 millones de personas y fue la final de América-Chivas, única en
No hubo poder humano capaz de convencer al exDT Miguel Mejía Barón para que aceptara su galardón como nuevo investido. Ricardo Ferretti, Bora Milutinovic y Luis García dieron sus razones para que Mejía Barón se hiciera presente en Pachuca.
Pese a no aceptar el galardón, Mejía Barón ingresó como una leyenda más, no sin antes expresar sus razones.
“Si fui nominado debe ser por algo que se considera positivo, pero yo sé que han existido cosas que no son positivas en mi andar y creo que no merezco ningún premio individual. Yo soy parte siempre de un equipo”, sentenció Mejía Barón.