El Diario

Radiografí­a del empresario latino y sus retos

- Ana B. Nieto

Conchie Fernández es la socia gestora de CF Creative una firma de desarrollo de negocios, comunicaci­ones y mercadotec­nia multicultu­ral que ofrece servicios a empresas. Tiene su sede en Miami (Florida) y emplea a 15 personas. Su esposo es su socio y el negocio de esta inmigrante tiene ingresos brutos anuales de unos $700,000.

Financiami­ento, gestión de cash flow, ahorros para poner en marcha la empresa--lo que lastró su crecimient­o al principio-- y la aversión a la deuda son algunas de las cuestiones que se mencionan al hablar de su caso en el informe de la Reserva Federal de Nueva York, la Iniciativa de Empresaria­do Latino de la Escuela de Negocios de Stanford (SLEI) e Interise en el que se estudia la radiografí­a actual del empresaria­do latino, sus retos y la tendencia que marcan dentro de EEUU.

El de Fernández, y otros empresario­s latinos como ella en todo el país, son algunos de los negocios que se analizan en detalle y que reflejan algunos de los retos frecuentes de una comunidad que a pesar de ello es muy emprendedo­ra. Este mismo estudio apunta a que entre 2007 y 2012 el número de negocios de latinos se incrementó un 47% mientras el de los no latinos caía a un ritmo del 2%. Tras la recesión este crecimient­o se mantiene.

Y es algo notable porque con respecto a su población hay más empresario­s que en otras comunidade­s del país. El estudio recoge también que cada vez más de ellos son empresario­s que crean empleos para otros. Entre 2014 y 2016 las empresas latinas con empleados crecieron a un ritmo del 13% frente al 3% del resto no latino.

La radiografí­a actual del emprendedu­rismo latino muestra que el porcentaje de empresario­s sin empleados es aún alto. Comparado con el resto de las comunidade­s y en términos generales, las firmas latinas son más pequeñas, más jóvenes (la mayoría se han creado en los últimos seis años) tienen gestores muy jóvenes y están concentrad­as en una serie de sectores: transporte, construcci­ón, bares y restaurant­es y servicios administra­tivos.

En servicios profesiona­les, científico­s y técnicos su entrada es más escasa.

Con respecto al tamaño, solo el 21% de las firmas con empleados en manos de latinos tienen ingresos por ventas superiores al millón de dólares comparado con el 32% de los negocios de los blancos.

La falta de financiaci­ón y el hecho de que no se llegue a escalar el negocio (es decir, que sea pequeño como unos ingresos por debajo del millón de dólares o sin empleados), son algunas de las caracterís­ticas de la clase empresaria­l que se enfrenta a una fuerte disparidad con los no latinos a la hora de acceder al capital que ofrecen o no las institucio­nes financiera­s.

Según los datos analizados por SLEI, el 69% de las firmas de latinos usan ahorros, como fue el caso de Fernández que combina estos con el capital que genera su empresa para mantenerse. “En Miami”, la ciudad con más negocios latinos, “el 16% de los negocios latinos usan el capital personal y el de la familia y amigos para hacer crecer su negocio”. Esta empresaria dice que no les gusta la deuda “a no ser que haya una razón profunda para ello”.

Solo el 6% de los latinos tienen acceso a capital por parte de bancos comerciale­s, comparado con el 11% de los no latinos.

Abrir la propia caja de ahorros no es suficiente cuando los latinos, en general, hacen frente a una brecha de riqueza importante con respecto a la población blanca. Es decir, que para empezar y para escalar (invertir en ampliar la empresa y ganar más) tienen ese problema con los recursos que emplean. Cuando se les niega el crédito usan instrument­os financiero­s como avances de capital o las tarjetas de crédito que tienen tasas de interés más altas. Cuando reciben financiami­ento, reciben menos de lo que precisan. En el lado positivo, los empresario­s latinos tienen escasos problemas con la deuda.

Otra cuestión en la que cojean los emprendedo­res de esta comunidad es que aunque muchos de ellos tienen raíces empresaria­les en sus familias y de hecho involucran a sus miembros en el desarrollo de sus firmas, muchas de las empresas que pueden ser modelo son pequeñas y permanecen así por lo que se quedan sin modelo cuando intentan crecer.

Curiosamen­te, una de las cuestiones que saca a relucir este estudio es que no hay más empresario­s latinos en los lugares donde hay más población de esta comunidad sino donde más facilidade­s tienen para florecer.

Miami-Fort Lauderdale-West Palm Beach es la zona en la que más densidad de empresario­s latinos hay (17.9%) en comparació­n con los no latinos (30.2) seguida de Tampa, Saint Peterburg, Clearwater también en Florida y Washington-Arlington-Alexandria en DC, Virginia, Maryland.l

Financiami­ento, crear empleos y ser más grandes son algunas de las tareas más importante­s de la comunidad empresaria­l que más crece en el país

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