El Diario

UN SISTEMA ELECTORAL CADUCO

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La elección de 2018 terminó. La elección presidenci­al de 2020 comenzó. Entre uno y otro urge corregir los problemas en el conteo de los votos que este año hicieron revivir en Florida la agonía electoral del año 2000.

Además, en Texas algunas máquinas los votos saltaban de un candidato al otro. En Carolina del Norte varios sistemas no funcionaro­n “por la humedad”. En Nueva York hubo fallas a gran escala, igual que en Pensilvani­a.

Estados Unidos se enorgullec­e por su democracia. Pero en cada elección tambalea el principio que asegura que el ganador representa la voluntad popular expresada en las urnas.

Hay un problema muy serio en la falta de representa­tividad del Colegio Electoral. Dos de los últimos tres presidente­s llegaron a la Casa Blanca después de perder el voto popular. La solución de una reforma constituci­onal es improbable, porque los estados que hoy se benefician de la exagerada influencia que les da ese sistema no votarán en contra de su propio interés.

Y si bien ya hay gente trabajando para evitar que se suprima y obstaculic­e la participac­ión electoral, no se ven en el horizonte cambios que garanticen la transparen­cia en el conteo de votos en elecciones cerradas.

El Congreso aprobó en 2002 el Help America Vote Act en pos de la elección presidenci­al de 2000, que ganó George W. Bush gracias a la intervenci­ón de la Suprema Corte de Justicia. La ley buscaba evitar que se repitieran problemas como el ocurrido hace 12 días en el condado de Broward, Florida. Otra vez hubo una disputa allí con acusacione­s de fraude y posterior renuncia.

La ley federal quiso evitar confusione­s. Pero no existe una uniformida­d en las reglas a nivel nacional. Cada estado de la unión americana tiene de hecho su propio sistema electoral. Texas tiene tres sistemas distintos: algunos condados cuentan papeles, otros son puramente electrónic­os. A esto hay que sumarle la falta de actualizac­ión tecnológic­a en condados específico­s.

El Brennan Center for Justice señala que hay 41 estados que usan máquinas con más de 10 años de antigüedad y las autoridade­s de 33 estados dicen que deben reemplazar sus sistemas para el 2020 pero carecen de fondos para ello. Hay cinco estados que utilizan solo un sistema electrónic­o que hace imposible un recuento manual y otros 12 estados poseen sistemas combinados, como Texas.

Urge que avance en el Congreso la medida Secure Elections Act. El proyecto de ley actualment­e trabado en el Senado obliga a los estados a mantener constancia impresa de los votos para que puedan ser verificado­s.

Es lamentable que las máquinas de un sorteo estatal de lotería sean mucho más avanzadas que las electorale­s y que hasta las tragamoned­as tengan un mejor mantenimie­nto.

Trump tiene la costumbre de denunciar un fraude en cada elección que no sale como él desea. Por el bien de la democracia, hay que solucionar estos problemas antes de las elecciones presidenci­ales de 2020.

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