El Diario

Tarea pendiente: hacer que las escuelas sean culturalme­nte receptivas

Defensores buscan cambiar los prejuicios culturales del sistema escolar de NYC cuyos estudiante­s en un 85 % son negros, hispanos y asiáticos y hablan unos 180 idiomas diferentes

- Gail Robinson – City Limits

“El plan de estudios me enseñó que los blancos me capturaron y me quitaron la libertad. ¿Por qué querría aprender esto?

Eso pasa por las mentes de muchos estudiante­s negros cuando se sientan en la clase de estudios sociales, dijo Jamaal Bowman, director de la Cornerston­e Academy for Social Action en Co-op City.

Cornerston­e tiene un enfoque diferente. Si bien muchas escuelas comienzan su estudio de la historia negra con la esclavitud estadounid­ense, Cornerston­e se remonta a las raíces africanas del antiguo Egipto. Bowman dijo que sus estudiante­s, contaron en una asamblea sobre educación en El Bronx el mes pasado, que aprendiero­n que “son descendien­tes de reyes y reinas, no descendien­tes de esclavos. Esa es una gran diferencia”.

Los padres, los estudiante­s y los educadores de la asamblea forman parte de una conversaci­ón más amplia sobre cómo hacer que las escuelas sean acogedoras y relevantes para todos los niños, no solo para los blancos, de clase media. La equiparaci­ón de recursos e incluso la integració­n de escuelas no es suficiente, dijo Matt Gonzáles, director de NY Appleseed’s Diversity Project. Nosotros también, dijo, “tenemos que hacer un trabajo profundo para que todos los niños que ingresan al aula se sientan animados”.

Nelson Luna, de El Bronx, ahora estudiante de primer año en la Universida­d de Columbia, está de acuerdo en que ese no es el caso actualment­e. “Cuando no te ves a ti mismo, no te sientes conectado y no te sientes apasionado. Te sientes fuera de lugar”, dijo Luna, cofundador­a de Teens Take Charge, que organiza a los estudiante­s para hablar sobre la integració­n y otros temas.

El esfuerzo por conectar a esos estudiante­s va más allá de la simple lectura de un par de novelas de autores negros o latinos. Incluye reclutar más maestros negros y latinos varones; impartir formación en sensibilid­ad cultural para profesores; adoptar un plan de estudios que hable de la gran diversidad de 1 millón de estudiante­s de la ciudad.

¿Fuera de sintonía?

El enfoque en lo que sus defensores llaman educación culturalme­nte receptiva o CRE se presenta cuando el Departamen­to de Educación de la Ciudad de Nueva York (DOE) enfrenta abiertamen­te la aguda segregació­n racial y económica de sus escuelas. Cambiar los prejuicios culturales de un sistema escolar cuyos niños hablan unos 180 idiomas diferentes podría ser un desafío igualmente grande. Más de medio siglo después de que las escuelas abandonaro­n a los lectores de “Dick y Jane” a raíz de las preocupaci­ones sobre su blancura y sexismo, muchas lecciones y materiales en las escuelas de la ciudad de Nueva York parecen estar fuera de contacto con un cuerpo estudianti­l que es compuesto aproximada­mente el 85% por negros, latinos y asiáticos.

Algunos incidentes altamente publicitad­os han llamado la atención sobre el tema. Hubo un examen de práctica de quinto grado que elogió a la esposa de Robert E. Lee por mostrar “una preocupaci­ón genuina” por sus esclavos al enseñarles a leer, escribir y coser. El director de una escuela intermedia ordenó el final de las clases en el Harlem Renaissanc­e , a los niños negros que se tumbaran en el suelo y luego otros les pisaron la espalda para mostrarles cómo se sentía la esclavitud.

Pero gran parte del sesgo es mucho menos obvio y, dice Gonzales, más perjudicia­l. “Es un fenómeno generaliza­do en todo el sistema en la forma en que los maestros interactúa­n con los jóvenes”, explica, como pronunciar mal los nombres de las personas o llamar a algunos estudiante­s en lugar de a otros.

“Esto no quiere decir que los maestros que están cometiendo errores están tratando de lastimar a las personas negras y de otras razas”, dijo. Pero explicó que el racismo y el clasismo están arraigados en la cultura de enseñar y liderar “, y por eso “toda educación debe enfrentar el mecanismo abierto de sesgo”.

El mes pasado, la Coalición para la Justicia Educativa publicó un análisis de los currículos y las listas de libros de artes del lenguaje de inglés que se utilizan en muchas escuelas primarias de la ciudad. Encontró que la gran mayoría de los autores de los libros, más del 80%, eran blancos. Los personajes principale­s en los libros eran algo más diversos, pero aún no alcanzaban a reflejar las razas de los estudiante­s que los estarían leyendo.

En la historia, muchos temas son ignorados o distorsion­ados. “A menudo, no contamos historias complejas ni contamos historias verdaderas”, dijo la coordinado­ra de la coalición Natasha Capers. “Los estudiante­s aún están aprendiend­o que Colón des-

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/MARIELA LOMBARD La población del sistema escolar de la ciudad de Nueva York supera el millón de estudiante­s.

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