Los Pinos sin presidente
La residencia que fuera durante 77 años hogar de 14 mandatarios es ya un centro cultural abierto al público
Reyes Valenzuela y Aniceto Polanco llegaron desde Los Angeles y se postraron en el salón que hizo de oficina presidencial a Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox. Los 11 mandatarios previos habían escogido otras salas, pero los tres últimos tuvieron buen gusto: desde cualquier punto de ella se mira el primoroso jardín a través de las altas ventanas.
Los migrantes también miraron las cortinas aterciopeladas en color beige, la duela de madera de cedro brillante y lustrosa, los muebles de caoba tal como lo hicieron miles y miles de visitantes que el fin de semana acudieron a la Residencia Oficial de Los Pinos, que durante 77 años fue la casa de 14 presidentes de México pero no de Andrés Manuel López Obrador, quien desde su posesión la convirtió en un centro cultural abierto al público
“Vinimos desde California a la toma de posesión de López Obrador porque creemos él va a devolver toda la riqueza a nuestro país. Y aquí en Los Pinos lo estamos viendo: ¡Gracias a Dios que ya regresó al pueblo!”, dijo Polanco en voz alta y Valenzuela le hizo segunda.
“Me parece que esto es un símbolo de libertad y de riqueza y que ambas cosas son de todos”.
En adelante, el recinto estará abierto de martes a domingo de 10:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, pero los primeros visitantes –que se calcula han sido 30,000 en dos días— se apresuraron a recorrer cada rincón, principalmente donde las familias de los presidentes tenían su vida cotidiana.
La cocina, las salas de estar, el comedor con sus 28 sillas sobre la alfombra blanca y las lámparas de cristal, las alcobas, el sótano con su cuarto de lavado a lado del “búnker” que mandó acondicionar Felipe Calderón para discutir asuntos de seguridad nacional cuando declaró la guerra al narcotráfico en 2006.
“Lo único malo es que no dejaron nada para ver en las recámaras, ni camas, ni burós, ni un rodapié siquiera: eso hubiera estado interesante”, lamentó Mirna Tello, una poblana que estuvo de visita en silla de ruedas junto con sus dos hijas.