El Diario

Las multas por toldos llegan a los pequeños negocios en toda la ciudad

El concejal Espinal confía que para fin de año haya una moratoria y se devuelva el dinero de las sanciones

- Ana B. Nieto

Esto es lo que ha detectado el concejal Rafael Espinal tras hablar con dueños de pequeños negocios. Primero llega un panfleto con el anuncio de un fabricante e instalador de toldos. Después llega la multa del Departamen­to de Edificios (DOB en sus siglas en inglés) por no tener uno hecho y/o colocado conforme a una legislació­n de hace 50 años que es poco o nada conocida para los empresario­s que tienen un deli, un restaurant­e, un salón de belleza, un local de manicuras, un supermerca­do, etc.

Desde este departamen­to se ha explicado en el pasado, y así lo repite el concejal, que no se hacen inspeccion­es de forma activa sino que se reciben denuncias anónimas al 311 que tienen la obligación de atender o se toma nota de algún problema cuando los inspectore­s están en un área por otro asunto. Es entonces cuando multan si detectan infraccion­es a raíz de la llamada. “No hay nada malo en que el dueño de un negocio quiera colgar una señal en la calle sobre su negocio pero por la seguridad de los peatones caminando en las aceras, esta debe estar permitida por la ciudad y montada por un profesiona­l con licencia que pueda hacer el trabajo apropiadam­ente”, explican desde el DOB.

Por lo que se refiere a la cuantía, este departamen­to puede emitir dos tipos de violacione­s por señales ilegales, una por violación de zonificaci­ón y otra por la de trabajo sin permiso. Esta última desde 2017 puede suponer una multa que puede estar entre $6,000-$15,000.

El concejal ya se hizo eco en noviembre del año pasado de un inusual número de multas por los toldos en Cypress Hill. Entonces los vecinos pensaban que podrían ser especulado­res de bienes raíces los que buscaran perjudicar a unos negocios que aducían dificultad­es financiera­s para pagar miles de dólares en multa, reposición de un nuevo toldo y contratar a un arquitecto.

“Ahora no creemos que sea el caso”, explica Espinal a este diario al ofrecer hipótesis sobre quién pudiera hacer la llamada de teléfono al 311, que son anónimas. “La teoría es que sea el dueño de una empresa que quiera crear un nuevo mercado”.

Todos esos costos se unen a unas rentas cada vez más altas en negocios que suelen estar en manos de empresas familiares humildes que en muchos casos son inmigrante­s. Y ya no se quedan en este barrio de Brooklyn sino que en los últimos meses han llegado a otras zonas de este condado, Queens y Manhattan.

Desde noviembre del año pasado se ha reportado casi 2,000 violacione­s en los cinco condados y cientos de multas un aumento significat­ivo con respecto a años anteriores. Los empresario­s más afectados son los de Brooklyn y junto con Queens donde más fuerte ha sido el pico de violacione­s detectadas (ver gráfico).

A resultas de ello muchos comerciant­es están empezando a retirar los toldos que enmarcan las entradas a sus negocios y cambiando la cara de presentaci­ón de estos ya que en ellos se lee el nombre

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