ARMAS, UN CAMBIO DE MENTALIDAD
Este 14 de febrero se cumple un año en que un alumno de la secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida. Durante este periodo se estima que más de 113 personas fueron víctimas de los disparos en las escuelas.
La tragedia que dejó 17 muertos en la secundaria es un parteaguas en la larga historia de matanzas escolares que, después de lamentos y oraciones, no cambiaba nada el acceso a las armas de fuego. En masacres anteriores como en la primaria de Newtown, Connecticut, de 2012, el número de medidas para controlar las armas fue similar a las propuestas para ampliar el acceso.
Esta vez fue distinto. El activismo de los estudiantes de Parkland atrajo la atención nacional. A lo largo del país los estudiantes “Marcharon por Nuestras Vidas”, por el derecho a estudiar sin temer a que un pistolero les quite la vida en un aula.
Ellos exigieron cambios en las leyes laxas que permitieron que un joven con notorios y conocidos problemas, como Nikolas Cruz, ingrese a la escuela con un fusil semiautomático AR-15 para matar a estudiantes y a quien se le cruce en el camino.
La reacción política al horror de la matanza y a la militancia de los jóvenes se reflejó en los 69 medidas estatales para controlar las armas que se aprobaron después del hecho. Al mismo tiempo, se estima que se rechazaron el 90% de las propuesta de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Lo lamentable es que la influencia no se redujo en donde debió hacerlo. En un principio el presidente Donald Trump desafió al Congreso a tener agallas para enfrentarse al NRA, para luego sucumbir ante la organización.
El mandatario respaldó al inicio confiscar armas primero y después ir después ir a los tribunales para disputar la legalidad, y prohibir la venta de armas de asalto hasta los 21 años. Luego rechazó estas ideas diciendo que no había respaldo para ellos. Vaya las agallas del Presidente. Luego retomó la relación incestuosa con el NRA.
Por eso la Comisión Federal para la Seguridad Escolar creada por la Casa Blanca ignoró olímpicamente el tema de las restricciones a las armas de fuego. Se habló de armar a los maestros y de eliminar la guía de la administración anterior para impedir el exceso de disciplina a estudiantes de minorías, como si los agresores no fueran todos jóvenes anglos.
Ahora se siente que la mayoría de los estadounidenses quieren que haya una averiguación de antecedentes a todos los comparadores de armas en cualquier lugar que se venda. Por primera vez en más de una década se hacen audiencias sobre la epidemia de las armas de fuego.
Después de Parkland, se habla más del derecho a vivir de los jóvenes que el de los propietarios de armas a poseerlas. ¡Buen cambio!•