Polémica por anuncio de serie en Managua
Opositores de Ortega piden al béisbol boricua no prestarse al juego
Una serie amistosa entre Nicaragua y Puerto Rico prevista para marzo ha generado polémica en el país centroamericano, donde ayer se acentuó una campaña para convencer a las autoridades deportivas de la isla de desistir debido a la crisis sociopolítica nicaragüense.
La campaña, impulsada en redes sociales por críticos del Gobierno del presidente Daniel Ortega, se basa en que las autoridades nicaragüenses “quieren hacer creer que todo está normal”, y en que la sede de la serie, el Estadio Nacional Dennis Martínez, supuestamente sirvió de “guarida” a grupos “paraestatales” que habrían asesinado a decenas de manifestantes entre abril y julio pasado.
“Nicaragua está de luto, desde este estadio asesinaron a niños de hasta 15 años solo por pensar diferente al dictador. No se presten a su juego, en Nicaragua nada está normal”, se lee en un cartel de rechazo a la serie de béisbol que circula en redes sociales.
“Se cometieron crímenes de lesa humanidad, no es momento de jugar, es momento de solidarizarse con los nicaragüenses que seguimos en días de terror a causa de la narco-dictadura genocida Ortega Murillo, no sean cómplices”, añade el mensaje.
La serie de tres juegos está prevista para los días 15, 16 y 17 de marzo.
Medios puertorriqueños han informado que el presidente de la Federación de Béisbol de Puerto Rico, José Quiles, confirmó la participación del seleccionado isleño.
El propio Dennis Martínez, una leyenda viviente del béisbol nicaragüense, se mostró en contra de la serie y a favor de los reclamos, en una entrevista reciente con el diario Primera Hora.
“La gente está dolida y está viviendo unos momentos que no son para estar viendo este tipo de eventos”, dijo el segundo latino más ganador de todos los tiempos en Grandes Ligas y primero de la región en lanzar un juego perfecto en el máximo nivel.
Desde el pasado 18 de abril, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 767 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio según organismos humanitarios.