Congreso aprueba US$ 30,9 millones contra las pandillas
Los fondos se utilizarán en el pago de salarios a militares y alimentación de policías
El Congreso de El Salvador aprobó ayer la reorientación de 30,9 millones de dólares de un impuesto a las telecomunicaciones para financiar los planes de seguridad contra las pandillas del Ejecutivo de Nayib Bukele.
La asignación de fondos, que se utilizarán principalmente en el pago de salarios de militares que apoyan las labores de seguridad y la alimentación de policías, fue aprobada con 83 votos, incluidos los de los legisladores de los partidos de oposición.
El Gobierno lanzó el pasado 20 de junio la primera fase de un plan para recuperar los territorios controlados por las pandillas en 17 municipios y cortar sus ingresos económicos, provenientes principalmente de las extorsiones a comerciantes.
Bukele anunció el martes pasado la segunda etapa, con la que se busca disputar el reclutamiento de jóvenes a las “maras”, que poseen entre 60.000 y 70.000 miembros.
Los diputados autorizaron al Gobierno utilizar 11,6 millones de dólares para financiar la alimentación de los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) entre julio y diciembre de 2019.
Otros 10 millones servirán para pagar los salarios de 7.300 soldados que patrullan las calles del país y 6 millones para un bono que reciben para pagar su comida.
Los restantes 3,3 millones se utilizarán para infraestructura policial y mejorar las “condiciones laborales” de los uniformados que intervienen en los planes.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las tasas de entre 103 y 50,3 homicidios por cada 100.000 habitantes registrados entre 2015 y 2018.
La mayoría de estos crímenes son atribuidos a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), las facciones Revolucionarios y Sureños del Barrio 18 y otras minoritarias.
Un estudio presentado por la Embajada de EEUU en El Salvador en marzo de 2017 señala que el 62,4 % de los jóvenes que se han unido a las pandillas o “maras” en este país lo hicieron por “ocio” o “amistad”.
Las pandillas, herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad de las últimas Administraciones.l