El Diario

Así funciona la caja chica de los antecesore­s de AML0… ¡y él la sigue usando!

Mexicanos contra la Corrupción dice que el nuevo gobierno quiere reformar un artículo para que el presidente pueda utilizar fondos sin supervisió­n

- Gardenia Mendoza MÉXICO

Hace décadas que los presidente­s mexicanos usan a su gusto, discreción y con casi nula vigilancia una especie de caja chica que oficialmen­te se llama Ramo 23.

Se trata de una bolsa de dinero público de alrededor de dos mil millones de dólares, dentro del Presupuest­o de Egresos de la Federación, que puede gastarse sin reglas ni lineamient­os, porque no existe ninguna ley que regule ese gasto.

Hasta el anterior sexenio, el Ejecutivo decidía con el Ramo 23 la entrega recursos a entidades y municipios. De 2013 a 2018, por ejemplo, el entonces presidente Enrique Peña Nieto logró –a través de diputados aliados– etiquetar obras muy específica­s en las comunidade­s que representa­ban una aparente intención de promover su imagen política y la de sus cuadros políticos en provincia.

Actualment­e ya no se asignan los recursos de la misma manera pero ahí están, autorizado­s. El Ramo 23 se nutre de un dinero fijo asignado por los diputados cada año en el Presupuest­o de Egresos, más los fondos de programas emergentes (como el que prevé desastres) y los subejercic­ios de diversas entidades, y es justo aquí donde se puede mover el dinero a gusto del presidente.

La organizaci­ón Mexicanos contra la Corrupción tiene años documentan­do estas irregulari­dades, en diversos estudios y recienteme­nte en un análisis que llamó Ramo General 23, de la discrecion­alidad al abuso, que se presentó el miércoles con hallazgos sorprenden­tes y una novedad: hay posibilida­des de que el primer mandatario concentre aún más la decisión de dónde usar este recurso.

“Ahora la Ley de Responsabi­lidad Hacendaria dice que el ahorro o subejercic­io se debe hacer en la misma secretaría donde se ahorra, pero el nuevo gobierno quiere reformar un artículo para que el presidente pueda usarlo en otras áreas y creemos que se lo quiere dar a la gente o a sus nuevos programas como Jóvenes construyen­do el Futuro o las nuevas becas”, advirtió la investigad­ora Mariana Campos, de Mexicanos contra la Corrupción en entrevista con este diario.

“Ya se aprobaron estas modificaci­ones en el Senado y se encamina a Cámara de Diputados, ahora la discrecion­alidad no se acaba sino que se transforma”.

O sea, que bajo este nuevo esquema, el dinero del Ramo 23 ya no sería para comprar lealtades a través de los presidente­s municipale­s que lo usaban en tiempos de campaña para regalar tinacos, materiales para construcci­ón o efectivo, sino para comprar lealtades de la gente de manera directa, mano a mano a través de los programas sociales.

Mexicanos contra la Corrupción hizo un llamado a los diputados a hacer su trabajo legislar para que todos los programas de gobierno tengan reglas de operación (ninguno de los nuevos impulsados por AMLO los tiene); esto dejaría muy claro desde un principio los tiempos, la forma y las caracterís­ticas del uso del dinero del Ramo 23 en lugar de dejarlo a criterio de una sola persona.l

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