FALTA DE COHERENCIA
Otra vez el caos reina en la administración Trump. Ahora es la pregunta sobre ciudadanía en el Censo Nacional 2020 la que está en veremos a pesar de una decisión de la Suprema Corte de Justicia y las declaraciones de los departamentos de Justicia y de Comercio.
El presidente Donald Trump desde su twitter hace y deshace, dice y se desdice, mientras que el resto de la nación mira con desconcierto y perplejidad la incapacidad del gobierno federal de actuar con coherencia, en vez de estar al capricho del Mandatario.
Hace una semana la Suprema Corte de Justicia regresó a un tribunal menor la demanda de varios estados en contra del gobierno federal, por su intención de colocar una pregunta ciudadanía en el cuestionario usado para conteo del año que viene. La falta de un argumento consistente para hacer un cambio en el formulario fue el mayor problema para los jueces.
La intención de la pregunta es desalentar la participación
de la comunidad inmigrante, obtener cifras que diluyen la presencia de los latinos para luego ser usadas en la redistribución del poder político y los recursos económicos.
Los científicos del Censo confirman el perjuicio que la pregunta le causa a la integridad del conteo. Al igual que se conoce las consideraciones políticas dentro de las agencia federales sobre el beneficio para los republicanos y los bancos no anglos que tendría el subconteo de latinos. Sin embargo, el argumento ante el tribunal fue que la pregunta ayudaba al cumplimiento de la Ley de Derechos del Votante.
En otras palabras, los jueces le dijeron a un gobierno mentiroso que se ponga de acuerdo en un tribunal menor con la esperanza de que el embustero relate un cuento mejor.
Cuatro días más tarde el presidente se lamenta del resultado, el Departamento de Justicia dice que se comienza a imprimir los cuestionarios y el secretario de Comercio, William Ross, termina el caso aceptando el fallo.
Pero en este gobierno nada es cierto hasta que se lee el último tuit de Trump, que puede contradecir sus anteriores. El fallo causó una avalancha de críticas conservadoras hacia el Presidente, conocido por cambiar de opinión según el último consejo que escucha. En este lo acusaron de “perdedor”, el peor insulto que existe en su vocabulario. Ahora quiere seguir la disputa.
No está claro que otras alternativas legales le quedan a la Casa Blanca más que reargumentar el caso. Se habla de una posible orden ejecutiva para colocar la pregunta. Esta sigue la tendencia de Trump de ampliar los límites constitucionales del poder presidencial de la presidencia.
Todo es un esfuerzo para reducir en los números la presencia real de los latinos con el fin de controlar el poder político en los próximos 10 años, mostrando un país que está muy lejos de la realidad. Esto debe ser condenado por todos.l