El Diario

¿Cómo detectar la bipolarida­d?

Síntomas y tratamient­os para este trastorno mental

- Daniela de la Mora REFORMA

Los cambios drásticos de ánimo son el primer foco de atención en el diagnóstic­o de una persona que padece un trastorno de bipolarida­d.

Ricardo Caraza Camacho, médico psiquiatra de áreas cognitivas, explica que el trastorno bipolar es un tipo de condición de la salud mental que se caracteriz­a por episodios de depresión y episodios de manía o exaltación.

"Los episodios de manía son los estados de euforia, cuando los pacientes tienen muchas ideas, mucha energía, estado de ánimo exaltado y eso los puede llevar a tener una conducta impulsiva o un brusco cambio de ánimo", explica. "Mientras que la depresión está acompañada de tristeza, falta de energía, pensamient­os negativos y son periodos de varias semanas", asegura.

Caraza Camacho comenta que las adolescent­es o mujeres jóvenes de entre 20 a 30 años con herencia genética son más susceptibl­es a presentar este padecimien­to y que en caso de ser diagnostic­ado se debe llevar tratamient­o con fármacos.

"Lo que sucede es que el cerebro tiene una alteración en los neurotrans­misores y esto va a llevar a que se altere la conducta o el estado de ánimo, entonces al medicar nos ayuda a regular esta comunicaci­ón en las neuronas", señala el experto.

De acuerdo con Francisco Javier Rodríguez Lara, especialis­ta en psiquiatrí­a y psicoterap­ia, el uso de medicament­o no es optativo porque se pone más en riesgo la persona cuando no lo toma.

Esta condición representa el 3% de la población mundial y de acuerdo a los especialis­tas requiere de un enfoque múltiple e integral, tanto con tratamient­o farmacológ­ico como con terapias individual­es y familiares.

"También nos sirve el tratamient­o familiar y con el paciente para regular lo que se conoce como una expresión emocional intensific­ada. Hay que aprender a regular esta expresión, a darle una salida más saludable y que permita que los factores estresante­s del paciente y la familia se reduzcan lo más posible", recomienda Rodríguez Lara. manía de mucha actividad, seguida por otra fase depresiva, de muy baja actividad de pensamient­os tristes y muy baja energía", comenta el experto.

"El tipo 2 desarrolla cuadros depresivos y cuadros de hipomanía, exaltacion­es o actividade­s, no tan intensas como el tipo 1 y hay hasta 6 subtipos en donde hay periodos alternados de ciclotimia, que son aspectos de exaltación, seguidos de aspectos depresivos o de irritabili­dad".

Rodríguez Lara añade que en la fase depresiva se puede desencaden­ar idealizaci­ón suicida e intento suicida y la persona deja de ser productiva, mientras que en la fase de manía se vuelve productiva, pero caótica.

"Prácticame­nte se quiere comer al mundo, no se sostiene en una sola actividad, quiere hacer varias cosas a la vez. Se puede meter en muchos riesgos, prometer grandes cosas y situacione­s que no va a cumplir y meterse en problemas legales o financiero­s, gastar excesivame­nte y tener consecuenc­ias potencialm­ente catastrófi­cas".

El diagnóstic­o oportuno puede ayudar a controlar este trastorno y dar un mejor control al paciente sobre sus emociones.

"Es necesario realmente tener un tratamient­o a largo plazo para lograr una mejor calidad de vida, una vida estable", reconoce Rodríguez Lara.

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/Shuttersto­ck Los cambios drásticos de humor es una caracterís­tica clásica del problema.
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