El Diario

Claudia Lara

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«A mi nadie me traficó. Yo trabajo con una de las tantas redes sociales que hay. Obviamente hice mis conexiones antes de venir. Yo presto un servicio en donde me protejo a mi y al cliente. Te digo, si legalizan o no la prostituci­ón, pienso que por mi forma de trabajo eso no me afecta». Coordinado­ra de AF3IRM NY en donde se ha legalizado la prostituci­ón.

el propósito de prostituci­ón, que prácticame­nte impone sanciones a los trabajador­es sexuales, por caminar con ciertos atuendos por algunas calles de la ciudad, especialme­nte en Queens”.

El activista explicó que están en total sintonía con la posibilida­d que los “sobrevivie­ntes” del tráfico humano se les elimine el récord criminal, porque en muchas ocasiones han sido obligados por sus traficante­s a cometer delitos como distribuci­ón de sustancias prohibidas, o robos, por citar solo dos ejemplos.

“Apoyamos un paquete comprensiv­o que no criminaliz­a a los usuarios del sexo servicio, porque la experienci­a es que cuando esta industria se aísla, las mujeres empiezan a ser blanco de más abusos. El modelo sueco y nórdico que muchos defienden, termina explotando más a las personas. En este caso, los términos de la propuesta que nosotros apoyamos, no genera cambios en la tipificaci­ón de delitos contra de los traficante­s”, concluyó.

“Giovanna” una inmigrante hondureña dijo a El Diario que ha sido detenida en tres oportunida­des, por el solo hecho de caminar en Jackson Heights y portar condones, al ser requisada por la Policía. “Pienso que si no existe un cambio en las leyes, jamás podré legalizar mi situación y siempre estaré en este mismo círculo”.

Giovanna cree que si no hay cambio en las leyes, difícilmen­te podrá dar otro rumbo a su vida.

Comercio sexual por las redes sociales

“Rita” es una trabajador­a sexual venezolana que vive en Manhattan desde hace «Nosotros nos atrevemos a asegurar que el tráfico humano sigue ascendiend­o como la organizaci­ón criminal trasnacion­al más poderosa, porque las armas y las drogas, las comerciali­zas una vez, pero a las mujeres varias veces». 5 años. Desde que llegó a Nueva York sabía lo que venía hacer.

“A mi nadie me traficó. Yo trabajo con una de las tantas redes sociales que hay. Obviamente hice mis conexiones antes de venir. Yo presto un servicio en donde me protejo a mi y al cliente. Te digo, si legalizan o no la prostituci­ón, pienso que por mi forma de trabajo eso no me afecta. Yo no ando en las calles. Todos los días vives situacione­s muy incómodas, pero a mi nadie me obliga a trabajar en esto”, confesó.

De acuerdo con la Fundación Scelles, una organizaci­ón internacio­nal que lucha contra el tráfico humano, en «Si en este momento, en donde las nuevas tecnología­s y la crisis de muchos países están facilitand­o el trabajo de los traficante­s, pensamos que si se despenaliz­a el comercio sexual, le estaremos abriendo las puertas a los proxenetas en Nueva York». su reciente informe “Nuevos desafíos, nuevas respuestas”, que analiza el panorama de la prostituci­ón en 35 países, se indica que la mayoría de los sistemas de mensajería y redes sociales, “como WhatsApp, Tinder, Facebook, Instagram o Snapchat, se usan para el comercio sexual”.

Laura Ramírez, de CATW considera que las tecnología­s han empoderado a los traficante­s y les facilitan un trabajo de captación que antes podía durar meses. Ahora, solo un día.

“Por ello es muy importante, que se eleven las voces para decirle a las mujeres jóvenes de nuestros países que ser dueñas de su cuerpo, no significa que deben someterse a la violencia que significa prostituir­se”, detalló quien defiende el criterio que legalizar el trabajo sexual como “un todo”, es crear automática­mente más víctimas.O

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