Edgar Martínez recordó sus raíces en el barrio Maguayo
El exjugador de los Marineros se convirtió en el quinto puertorriqueño en ingresar al llamado recinto de los inmortales
El doradeño Edgar Martínez fue oficialmente exaltado al Salón de la Fama el domingo junto a otros cinco peloteros en medio de una ceremonia presenciada por fanáticos de los Marineros de Seattle y muchos puertorriqueños.
En una soleada tarde, la presencia isleña se hizo patente cuando Martínez fue presentado y cuando pronunció su mensaje, durante el cual pidió un espacio para dirigirse en español a sus compatriotas, pero en especial al barrio que le vio crecer.
“Gracias a los escritores por este increíble honor. Han sido maravillosos conmigo. Permítanme decirle unas palabras en español a mi gente en Puerto Rico”, pronunció Martínez al iniciar su discurso.
“Mi gente de Dorado y mi barrio de Maguayo, un abrazo. Mi historia es sencilla: criado en barrio, rodeado de gente humilde con buenas intenciones. Me beneficié de la caridad de esos hermanos del barrio de Maguayo de Dorado. Los quiero mucho y nos vemos pronto”, manifestó en español.
El exbateador designado y nuevo inmortal de Cooperstown saludó en su mensaje a cada uno de los exaltados con él: a Mariano Rivera, Harold Baines, Lee Smith, Roy Halladay y Mike Mussina, además de otras figuras presentes.
“Es un honor estar frente a ustedes. Admiro a muchos de los hombres que están detrás de mí. Durante mi carrera imité la posición de batear de George Brett, de Kirby Puckett y de otros cuando la mía no estaba funcionando bien”, expresó.
“Tany Pérez, fuiste uno de mis héroes cuando jugabas con los Cangrejeros de la liga invernal (de Puerto Rico). Mi abuelo y yo escuchábamos el juego por la radio y él decía: ‘Se acabó el juego. Tany viene a batear ahora’”, agregó.
Martínez aprovechó para dirigirse a Orlando Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez, compatriotas igualmente exaltados al alto pabellón de la pelota de las Ligas Mayores, y por supuesto, habló del ejemplo que fue Roberto Clemente para todos los jugadores puertorriqueños.
En otro momento de su discurso, le dijo a su primo, Carmelo Martínez, que sin su consejo quizás él nunca hubiese estado en la tarima el domingo.
Y agradeció por su abrazo tanto a las fanaticadas de Puerto Rico y Seattle, especialmente por el apoyo reciente en redes sociales que ayudó a que finalmente se diera la selección.