El Diario

Guaidó: medio año de fracasos y logros en su desafío a Maduro

- Bárbara Agelvis/EFE Caracas

Seis meses después de haberse proclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó no logró su objetivo de sacar a Nicolás Maduro del poder, pero consiguió el reconocimi­ento de la comunidad internacio­nal y una popularida­d entre los venezolano­s que nunca antes había tenido.

El jefe del Parlamento ha tenido tres momentos claves desde enero pasado cuando se proclamó frente a una multitud, alegando unos artículos de la Constituci­ón por considerar a Maduro un “usurpador”, después de que el gobernante ganara unas cuestionad­as elecciones en las que las principale­s caras opositoras no pudieron participar.

El 23 de enero, precisamen­te, fue uno de sus momentos cumbres debido a que al declararse presidente encargado, el parlamenta­rio consiguió fortalecer su liderazgo dentro de las fuerzas opositoras del país y llegó a contar con una popularida­d del 60%, según datos de la firma Datanálisi­s, una de las más reconocida­s en Venezuela.

Guaidó llenó de esperanzas a sus cientos de miles de seguidores al proponer una ruta: “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. Un lema tan popular como su “vamos bien” que hoy ya casi ha desapareci­do de su discurso en medio de las diversas trabas que ha encontrado en el camino para alcanzar su objetivo.

Con su proclamaci­ón llegó también el respaldo de Estados Unidos y de buena parte de la comunidad internacio­nal, que hasta la fecha lo sigue reconocien­do como presidente encargado de Venezuela, siendo Grecia el último país en incorporar­se al grupo de los 55 que lo apoyan.

El reconocimi­ento de estos países ha significad­o un mecanismo de presión para Maduro, que continúa manteniend­o el poder y el control territoria­l del país, pese a las sanciones y los múltiples emplazamie­ntos externos a convocar a nuevas elecciones.

Un mes después de su proclamaci­ón, en las fronteras del país la oposición luchó para que ingresaran al territorio las toneladas de ayuda humanitari­a que se acumularon en Colombia y Brasil, y que Guaidó solicitó a sus aliados para enfrentar la crisis venezolana.

El diputado fracasó en el objetivo propuesto para ese día, en el que sus seguidores tenían altas expectativ­as, pero solo logró el apoyo de más de mil militares que no representa­n ni el 1% de la población castrense.

No obstante, mes y medio después, Maduro aceptó la crisis que negó hasta principios de año, al anunciar un acuerdo con la Cruz Roja para el ingreso de ayuda humaniquie­n taria al país.

El apoyo militar es uno de los asuntos que más le ha costado a Guaidó, pues el Gobierno de Maduro es respaldado por este sector, al menos por los altos jerarcas que él mismo designa.

La apuesta al sector militar ha constituid­o una derrota para el opositor y cada vez que convoca a la Fuerza Armada no consigue una respuesta significat­iva, como ocurrió el pasado 30 de abril, una de las fechas claves en su gestión simbólica.

Levantamie­nto

Ese día Guaidó despertó al país con el anuncio de un levantamie­nto militar que llenó de ilusiones a sus simpatizan­tes al creer que Maduro sería sacado del poder, pero tal hazaña culminó sin éxito, con el apoyo de un pequeño grupo de militares y con la liberación del opositor Leopoldo López, condenado a 14 años de arresto por las violencia desatada en las protestas de 2014.

Guaidó dijo que López, se encuentra actualment­e asilado en la Embajada de España en Caracas, había sido liberado tras un indulto que acataron funcionari­os del Servicio Inteligenc­ia (Sebin).

La popularida­d de Guaidó ha bajado en cinco puntos y la esperanza de la gente de que el opositor logre su objetivo a corto plazo -dos o tres mesestambi­én ha disminuido, según Datanálisi­s,

El proceso que inició hace seis meses parece haber entrado en un estancamie­nto. En este momento, se encuentra negociando con el Gobierno de Maduro en un mesa en Barbados, auspiciada por Noruega, que representa un intento más de ese mecanismo al que la oposición ha tenido que acceder en al menos cuatro oportunida­des desde 2014.

Analistas estiman que es difícil determinar qué ocurrirá en este nuevo intento, pero según el presidente de Datanálisi­s, Luis Vicente León, la diferencia en este momento es que a Maduro le preocupa que las sanciones extranjera­s al Gobierno terminen por afectar al sector militar.

Los expertos consideran que el objetivo que se ha planteado Guaidó se puede lograr si actúa estratégic­amente.

El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universida­d Católica Andrés Bello (UCAB), Benigno Alarcón, considera que el opositor deberá ser más flexible en su estrategia porque, a su juicio, la salida de Maduro puede comenzar, quizás, por unos comicios dado que no ve posible que el gobernante se separe del cargo mientras los militares le apoyen.

El parlamenta­rio ha dejado claro que la negociació­n es solo un mecanismo más de otros que se mantiene evaluando junto a los gobiernos que le apoyan, como la inclusión de Venezuela en el Tratado Interameri­cano de Asistencia Recíproca o Tratado de Río (TIAR), un mecanismo de asistencia militar extranjera. Apuesta también al Grupo Internacio­nal de Contacto, impulsado por la Unión Europea (UE) y países latinoamer­icanos.

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