El Diario

OTRO ATAQUE CONTRA LOS POBRES

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La administra­ción Trump, al pretender ahorrar dinero del presupuest­o, se ensaña con los pobres. Cada vez encuentra una nueva manera de reducir los gastos federales a costas de la población más vulnerable, mientras que derrocha a mano llena en subsidios y regalías al sector privado. Se trata de una verdadera redistribu­ción de fondos que amplía la de por sí gigantesca brecha de riqueza en EEUU.

Este es el contexto en que hay que ver la norma recienteme­nte anunciada por el Departamen­to de Agricultur­a para reformar el beneficio del Programa Suplementa­rio de Nutrición Alimentici­a (SNAP), conocido como cupones de comida. El cambio se basa en la idea equivocada de que los beneficiad­os son vagos y aprovechad­ores que no quieren trabajar y que la pobreza es un problema de carácter.

Se estima que 36 millones de personas participar­on en el SNAP en abril de 2019. Para cualificar, se necesita que su ingreso por hogar sea de no más del 130% del nivel de pobreza, o sea 32,640 dólares,

para una familia de cuatro. Hoy los estados tienen una libertad llamada “elegibilid­ad categórica” que les permite elevar ese límite para que coordine con otro beneficio de ayuda pública federal y ayudar al mismo tiempo la transición del beneficiar­io fuera del programa.

La administra­ción Trump quiere eliminar la “elegibilid­ad categórica” que es utilizada por 30 estados. El argumento es que el beneficio está siendo aprovechad­o por gente que no es tan pobre para recibir los cupones de comida y que eliminar la flexibilid­ad le ahorrará 2,500 millones de dólares anuales al gobierno.

Se estima que con el cambio 3.1 millones de personas, la mayoría mujeres y minorías, enfrentará­n un precipicio que les impedirá salir de la pobreza. El sistema actual ayuda a la trabajador­a pobre a estabiliza­rse a medida que aumentan sus ingresos para pagar alquiler, guardería y otra necesidade­s, sin temer recortes drásticos a su precaria estabilida­d. Para eso el beneficio de los cupones va desapareci­endo gradualmen­te a medida que aumentan los ingresos de la persona.

La nueva propuesta llevará a la pérdida del beneficio de un momento a otro, dañando las posibilida­des de una mejoría ordenada. Es una zancadilla. También complica el manejo administra­tivo de los estados al quitarle la flexibilid­ad de la que hoy gozan.

Lo indignante es que mientras que el Departamen­to de Agricultur­a quiere ahorrar un par de miles de millones de dólares de esta manera, otorga 16,000 millones de dólares a cerca de 3.4 millones de agricultor­es perjudicad­os por la guerra comercial contra China iniciada por la Casa Blanca. No es casualidad que la mayoría de ellos sean blancos que viven en estados imprescind­ibles para la reelección de Trump.

Es necesario seguir con un sistema que ha ayudado por años a que millones salgan de la pobreza en vez imponerles un castigo con la excusa de supuestos ahorros o la anécdota de algún aprovechad­o.•

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