Ponen más frenos a Uber, Lyft y Juno
Comisión de Taxis y Limusinas aprueba extender las restricciones de nuevas licencias a taxis por pedido digital y limita la permanencia en las calles de unidades de servicio vacías
La Comisión de Taxis y Limusinas (TLC) de Nueva York votó por unanimidad este miércoles, extender indefinidamente la congelación del ingreso de nuevos vehículos de alquiler por aplicaciones, lo cual la convierte en la primera gran urbe del mundo, que sigue poniendo freno a los planes de expansión de gigantes tecnológicos de taxis a pedido.
Además la TLC aprobó una regulación que limita el tiempo que los vehículos que prestan servicios a través de aplicaciones como Uber, Lyft y Juno, puedan permanecer en las calles, sin pasajeros, en las vías más congestionadas de Manhattan.
La medida basada en argumentos técnicos, los cuales establecen que el 40% de estos vehículos de servicios, transitan sin clientes sumando más unidades a las infernales trancas, generó reacciones agridulces en los taxistas, un sector del transporte de la Gran Manzana, que por razones diversas, viene reflotas, pérdidas .
En un lado de la acera de la controversia, se encuentran los sindicatos que representan a los conductores de Uber, Lift y Juno. En el otro extremo, los taxistas de los emblemáticos carros amarillos. En el centro las autoridades de la Ciudad y algunos sindicatos que aseguran que “todos los conductores ganaron”, pero en la amplia vía congestionada de esta discusión, todavía queda mucho camino por despejar.
Brendan Sexton, director ejecutivo del Independent Drivers Guild que representa a los trabajadores del volante de servicios por aplicaciones, reaccionó airadamente, asegurando que la medida “pone a miles de familias de bajos ingresos en riesgo. Los límites existentes para los vehículos ya le está costando a los conductores de bajos salarios miles de dólares por año, y todo indica que esta propuesta en Manhattan podría devastar a miles más”.
Argumenta Sexton, que como política a largo plazo, el límite de vehículos enriquece a los propietarios de grandes aplicaciones y compañías de alquiler a expensas de miles de neoyorquinos de bajos ingresos.
“Instamos a la ciudad a enmendar la política de topes, para empoderar a los trabajadores en lugar de las corporaciones “, agregó.
Por su parte, Tina Raveneau explica que “el nuevo límite que están imponiendo para aprobar nuevas licencias para que otros carros entren en el mercado de este servicio, impide que miles de conductores de Lyft y Uber, como yo, utilicemos nuestros propios vehículos y nos obliga a pagar miles de dólares por el alquiler de otros autos”.
Hace un año, las autoridades de Nueva York aprobaron una resolución que limitó durante un año la emisión de nuevas licencias para transportistas manejados por las nuevas tecnologías, periodo en el que se estudiaría el impacto de este servicio en el sistema de transporte urbano y en la congestión vehicular en la Gran Manzana.
Exactamente luego de 12 meses, Nora Constance Marino, comisionada de TLC quien aprobó las nuevas medidas dijo: “No quiero ver una ciudad invadida solo por Uber y Lyft. Quiero que hagamos todo lo posible para evitar que eso suceda y que las pequeñas empresas familiares prosperen”.
En la sesión seguida por diversos sindicatos de gremios de trabajadores del volante, hubo coincidencia casi plena en el criterio de Constance, de cerrar el paso a licencias de servicio para nuevas unidades de grandes corporaciones tecnológicas, para aliviar el infierno de tráfico de la ciudad de Nueva York.
“Un oxígeno” para taxistas “amarillos”
Pero en la otra orilla de este debate, se encuentran los conductores de los taxis tradicionales, quienes celebran que las nuevas restricciones puedan significar un oxígeno para sus ganancias venidas a menos en los últimos años y que inclusive ha causado el suicidio de conductores, por no poder cubrir los costos operacionales mínimos ante lo que se consideran “una competencia desleal”.
Jorge Laporte, un puertorriqueño que esperaba la decisión de la TLC y que desde el 2003 es uno de los propietarios de medallones de carros amarillos, que viene padeciendo la caída de los ingresos al igual que 22,000 taxistas , asegura que “estamos al frente de una victoria para miles de familias”.
El boricua asegura que cada día son más los pasajeros que deciden bajarse de los carros, cuando observan que el taxímetro corre y se encuentran atascados, especialmente en el Midtown de Manhattan.
“A veces estás trancado, moviéndote apenas a 4 miportando llas por hora y los clientes se cansan de esperar y no saber cuánto van a terminar pagando. Mientras, tienes a los otros conductores de Uber vacíos dando vueltas Creo que esta medida nos beneficia a todos, inclusive a ellos porque en realidad he sabido que por las políticas de sus compañías, es complicado que puedan ganar lo mínimo”, expresó.
Un taxista de Lift que prefirió reservar su identidad dijo a El Diario que más que un asunto de “tráfico en la ciudad, estamos al frente de muchos choques de intereses políticos y de grandes empresas. Aquí quienes perdemos somos quienes apostamos a nuestra pequeña inversión familiar”.
“Ganamos todos”
En una posición intermedia en esta polémica se encuentra Bhairavi Desai, Directora Ejecutiva de la Alianza de Taxistas de Nueva York (NYTWA)