El Diario

Desarraigo y ausencia escolar tras redadas

Un 25% de los estudiante­s latinos del distrito faltó a la escuela esta semana

- Laura Barros/EFE WASHINGTON

La pequeña Cris, de 3 años, aguarda a su madre sin entender bien lo que ha pasado, después de que hace dos días esta fuera detenida junto a más de 600 inmigrante­s en la redada en Mississipp­i, donde la ausencia de menores hispanos se ha hecho evidente en varias escuelas públicas.

Una vecina de la localidad de Forest, Christina Peralta, relató por teléfono que la niña, que “llora por su mamá todos los días”, está con unos parientes esperando la liberación de su madre, Magdalena Ramos Pérez, que trabajaba en una planta procesador­a de pollos.

Desde el miércoles, cuando agentes del Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE) arrestaron a 680 inmigrante­s en siete plantas de las poblacione­s de Canton, Pelahatchi­e, Cartago, Sebastopol, Morton y Bay Spring, todas ellas en Mississipp­i, la angustia se ha apoderado de las comunidade­s hispanas, pero en especial de sus hijos.

No obstante, no se sabe a ciencia cierta el número exacto de menores afectados. Entre esos niños se ha hecho conocido el caso de la pequeña, Magdalena Alonzo Gregorio, de 11 años, que espera junto a su madre -quien no trabaja- y sus tres hermanos que liberen a su padre.

El dolor de Magdalena quedó registrado el miércoles por medios locales que difundiero­n las imágenes de esta niña que decía que necesitaba a su papá: “Él no es un criminal”, repetía entre sollozos Magdalena, cuyo padre es la única fuente de ingresos de su familia.

Peralta, que es una de las vecinas de la zona que se han movilizado para atender a los menores que fueron sorprendid­os por las redadas, señaló que no sabe si hay más casos de niños en esta situación.

“Es muy triste, es muy malo”, lamentó esta mujer.

Según cifras de ICE, 377 inmigrante­s permanecía­n detenidos tras las redadas, mientras que 271 fueron liberados y deberán comparecer ante un juez.

Otras 32 personas también fueron liberadas en su lugar de trabajo por “razones humanitari­as”.

En un comunicado, la oficina del fiscal del distrito sur de Mississipp­i indicó que, de conformida­d con los procedimie­ntos del Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS), se preguntó a los detenidos “si tenían niños que estaban en la escuela o en la guardería y debían ser recogidos”.

A esas personas, subrayó el fiscal, se les facilitaro­n teléfonos móviles para que pudieran

“hacer arreglos para el cuidado de sus hijos u otros dependient­es”, al tiempo que el DHS dispuso de oficiales de enlace para realizar este proceso en los distritos escolares.

En el caso de que ambos padres hubiesen sido detenidos, uno, de conformida­d con los trámites oficiales, fue liberado “por razones humanitari­as” y fue devuelto al lugar donde fue arrestado, explicaron las autoridade­s.

El impacto de la operación se ha hecho patente en las escuelas públicas en Scott, un condado donde estudian varios de los menores afectados por los arrestos a sus padres.

El jueves, un 25% de los alumnos hispanos de ese distrito no asistió a las aulas, indicó el superinten­dente del distrito escolar de Scott, Tony McGee, quien apuntó que 154 de los 560 alumnos de la comunidad inmigrante estuvieron ausentes.

Ya el viernes, clases.. señaló el funcionari­o, unos 50 estudiante­s faltaron a

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El dolor de los niños refleja impacto de las redadas.

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