Choferes denuncian que Uber y Lyft quieren evitar el pago mínimo en NY
Los afectados protestan y piden acción a TLC
Choferes de Uber y Lyft protestaron la mañana de ayer siguiendo la llamada del Independent Drivers Guild para protestar los cambios en la app que gestiona su labor y que complica o imposibilita el pago mínimo que las autoridades de la ciudad establecieron a partir de principios de este año.
Quienes trabajan para esse tas empresas condujeron a baja velocidad desde el puente de Brooklyn hasta la residencia oficial del alcalde, Gracie Mansion. El objetivo era pedir ayuda tanto a este como al Concejo para responder a unos cambios operados desde Uber y Lyft que esencialmente reducen la contabilización del tiempo efectivo de trabajo sobre el que se deduce el pago mínimo.
Primero fue Lyft y desde el martes Uber, pero ambas empresas han cambiado su configuración para echar a los chóferes de las apps entre servicios y en áreas de baja demanda. Las empresas pasan los costos de viaje y espera a los chóferes al reducir la tasa de utilización lo que reduce el pago que en NYC quiere asegurar.
De acuerdo con el Guild, la New York City Taxi and Limousine Commission no ha tomado acciones para que las apps dejen de violar la ley y por ello solicita que les impidan “manipular el app para oscurecer o no computar el tiempo total de trabajo”.
En un comunicado de prensa del sindicato, el concejal Brad Lander, quien promovió la ley de pago mínimo, apoyó la protesta y señaló que al controlar directamente dónde y cuándo los trabajadores pueden hacer su labor “es contradictorio con su propio argumento de que emplean a contratistas independientes que establecen sus propios horarios”.
El concejal criticó que no se den los horarios flexibles que se prometían a sus chóferes ni la solución a los “desiertos de tránsito”.
Son unas críticas que se enmarcan dentro de la situación que presentan estas empresas a la hora de clasificar a los chóferes. Lyft y Uber conestablecidos sideran que estos son contratistas, por los que carecen de derechos laborales, mientras que las organizaciones laborales argumentan que son empleados, con derecho a las protecciones establecidas en la ley, ya que trabajan dentro de las órdenes y parámetros por la empresa tras la app.
En California se acaba de aprobar por la Asamblea una legislación que clarifica que estas relaciones, la llamada economía gig que ha trascendido a las apps, son laborales y no de contratista.l