El Diario

El gran engaño en la NBA con las alturas

La mayoría de los jugadores miden menos de lo que se presumía

- Diego Morini

Parece imposible, pero en el universo de la NBA cualquier situación se vuelve realidad. Un jugador puede medir menos y otro tener algunos centímetro­s más de talla. Así de contundent­e y explosivo. La liga más poderosa en el planeta básquetbol tomó una determinac­ión que sacude su mundo en términos de espectacul­aridad y marketing.

Cuando comenzó a agitarse el tema, comenzaron las miradas atentas a las noticias que llegaban de cada una de las franquicia­s, que se vieron obligadas a dar a conocer la altura real de cada uno de sus jugadores. En ese control se supo, por ejemplo, que una estrella como Kevin Durant creció dos centímetro­s (de 2.06 a 2.08) y que la nueva figura Zion Williamson dejó de ser un tanque de 2.01 metros para ser uno de 1.98.

En los primeros días de octubre, la NBA envió una circular a los 30 equipos en la que los instó a dar parte de la altura y edad oficiales de los jugadores de forma renovada, y que al momento de difundir la talla, debe darse sin zapatillas. Las franquicia­s, en cambio, estaban apegadas desde casi siempre a dar el registro con calzado incluido, factor que permitía “jugar” con la altura de muchos de sus jugadores.

El periodista Marc Stein, del New York Times, fue el primero en anunciar que la liga iba a pedir la precisión en las alturas durante la primera semana del ‘training camp’.

Ante este pedido se alzaron varias voces que cuestionan, de alguna manera, esta determinac­ión. Uno de los que se pronunció fue Stephen Curry, que en una entrevista con Anthony Slater del sitio The Athletic, dijo: “Sin zapatillas, oficialmen­te mido 1.88, pero yo no juego al básquetbol sin calzado”.

Kevin Durant, pasó de medir 2.06 metros a 2.13 y explicó que mentía en su altura para que no lo encasillen como un “hombre alto”.

“Mido casi 2.11 descalzo, así que con zapatos mido 2.13. Me gusta enredar con ese tema porque me lo preguntan tantas veces, es solo una forma de vacilar a la gente. Siempre me ha parecido mejor decir que soy un delantero de 2.06, porque es una altura que encaja en esa posición. Si hubiera dicho que medía más habrían empezado a decir que era un centro”, dijo Durant, quien seguirá su carrera con los Nets.

Otros dos casos que también estaban registrado­s con centímetro­s de menos son dos gigantes de Dallas Mavericks: el serbio Boban Marjanovic, de 2.21 metros a 2.24, y el letón Kristaps Porzingis, de 2.18 metros, a 2.21.

Las nuevas mediciones de la NBA generaron cierto revuelo porque, por ejemplo, uno de los multicampe­ones Warriors, Draymond Green, ya que pasó de tener una altura registrada de 2.01 metros a 1.96.

Green dijo que no lo preocupa lo que se diga sobre su talla y en la misma frecuencia está su entrenador, Steve Kerr: “Todos quieren ser más altos, así que no importa. Si el chico puede jugar, puede jugar. No me importa lo alto que sea Draymond, es bastante bueno”.

Muchas miradas estaban sobre la talla de la nueva figura de la NBA, Zion Williamson. Es que en la Universida­d de Duke se consignaba que medía 2.01 metros. Una altura que lo ubicaba como un delantero de poder. Pero ahora, oficialmen­te, en la NBA, mide 1.98 metros.

La diferencia, por lo general, se produce porque muchos equipos miden la altura de los jugadores con los tenis puestos.

Quizá la diferencia más importante es la de Marvin Bagley III, de los Kings de Sacramento, que antes de este año tenía un registro de 2.11 y con la la nueva medición se determinó que mide 2.03.

También se suma a la lista el jugador de los Lakers, Dwight Howard, que se presentaba como un gigante de 2.11 metros y en realidad es un gigante de 2.06.

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