REPUBLICANOS, EL ECO DE TRUMP
La situación del presidente Donald Trump respecto a su relación con Ucrania, la que motivó la investigación de juicio que celebra la Cámara Baja, se complica cada día más. Se acumulan las declaraciones condenatorias de los testigos ante los tres paneles legislativos. Confirman que extorsionó a su par ucraniano Volodymyr Zelensky, para obtener información dañina para los demócratas.
Las revelaciones que se dan a conocer en la indagatoria muestran una política exterior estadounidense coordinada por el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, con el fin de obtener información que desmienta la ayuda de Rusia al republicano en la elección de 2016 y para hallar trapos sucios sobre Biden, su posible rival en 2020.
A falta de una respuesta coherente, y sin poder refutar la veracidad de la acusación, los republicanos que responden a Trump recurren a payasadas para enturbiar las aguas .
No hay otra manera de explicar la acción de 41 congresistas republicanos que irrumpieron el miércoles a la fuerza en una audiencia de investigación a puerta cerrada de los tres comités.
Estos legisladores impidieron la labor de los comités, protestando que los demócratas hacen a escondidas la indagatoria para recaudar información que apoye su decisión de iniciar formalmente el proceso de destitución de Trump.
Pero 13 de los legisladores que irrumpieron a la fuerza pudo haberlo hecho tranquilamente y sin ningún problema, porque integran esos paneles. Efectivamente, los comités de Inteligencia, Vigilancia Gubernamental y Política Exterior de la Cámara de Representantes tienen 103 integrantes, de los cuales 48 son republicanos. Participan, junto a los demócratas, en los testimonios a puerta cerrada y tienen tanto la libertad de hacer preguntas como la posibilidad de filtrar información si así lo desearan.
La única diferencia es que los demócratas, por ser la mayoría, deciden a quién se cita a declarar. Después, demócratas y republicanos están en igualdad de condiciones.
La insólita acción de protestar de esta manera por una supuesta falta de acceso es resultado directo de la reciente queja del Presidente de que los congresistas republicanos no lo defienden lo suficiente.
Sin embargo, las quejas del Presidente de que esta es una persecución política suenan vacías a medida que se conocen algunos testimonios. La estrategia es criticar el proceso a falta de datos que demuestren que Trump actuó correctamente. De ahí la queja mentirosa de que los republicanos son excluidos.
Así, la caja de resonancia de medios conservadores repite la queja hasta convertirla en una “realidad alternativa” para los seguidores del Presidente como para el público desprevenido. Habrá que ver cuál será la queja republicana en noviembre cuando, inevitablemente como parte del proceso, se diga en público lo que hoy se escucha en privado.•