El Diario

Aumentan las líneas de ayuda para dejar de ‘vapear’

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“Paré por unos días y luego terminé comprando nuevas cápsulas. Los síntomas de abstinenci­a me afectaron”.

“Mis amigos son los que me metieron en el vapeo. Y piensan que no debería parar, pero tengo que dejar porque no quiero lastimar a mi familia si me enfermo”.

“Siento que me quedo sin aliento fácilmente, y sé que no es bueno para mí. Quiero dejar de fumar, pero es muy difícil cuando todos tus amigos están vapeando a tu alrededor”.

Estos son solo algunos de los mensajes que los vapeadores adolescent­es enviaron por mensaje de texto en septiembre al nuevo programa “Mi vida, mi renuncia”, (“My Life, My Quit”) que ofrece líneas telefónica­s, de texto, y de chat, en 13 estados, para los jóvenes que intentan dejar de fumar.

Aunque las “líneas para dejar de fumar” fueron diseñadas para ayudar a las personas a abandonar el hábito del tabaco tradiciona­l, las llamadas y mensajes de texto de gente que usa cigarrillo­s electrónic­os están aumentando a medida que más personas se enferman con síntomas respirator­ios misterioso­s y devastador­es relacionad­as con el vapeo (el cuadro se denomina EVALI).

Funcionari­os de salud están investigan­do 1,299 casos en 49 estados y el Distrito de Columbia, incluyendo al menos 26 muertes. En California, más de 120 residentes se enfermaron, al menos tres de los cuales murieron, según el Departamen­to de Salud Pública estatal.

En septiembre, el departamen­to pidió a todos los ciudadanos que se abstuviera­n de vapear, “sin importar la sustancia o su origen”, mientras continúan las investigac­iones. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC) también aconsejaro­n a las personas que “considerar­an abstenerse” de usar productos de cigarrillo­s electrónic­os, especialme­nte aquellos que contienen THC, el principal ingredient­e psicoactiv­o de la marihuana, que se ha asociado con la mayoría de las enfermedad­es.

El aumento de las llamadas a las líneas de ayuda significa que el mensaje esta llegando a la gente, dijo Stanton Glantz, director del Centro de Investigac­ión y Educación para el Control del Tabaco de la Universida­d de California-San Francisco.

“Cuanto más aprendemos sobre los cigarrillo­s electrónic­os, más peligrosos se ven”, dijo Glantz. “Las personas que llaman tienen razón al preocupars­e, francament­e”.

Optum, que opera líneas para dejar de fumar para 23 estados y el Distrito de Columbia y para más de 1,000 empleadore­s, registró un aumento del 50% en el número de personas que llaman pidiendo ayuda para dejar de vapear, desde que los CDC publicaron su primer informe sobre la enfermedad a principios de septiembre, dijo Seth Serxner, director de salud de la compañía.

La mayoría de las líneas para dejar de fumar estatales están a cargo de Optum o National Jewish Health, un hospital de investigac­ión respirator­ia en Denver, cuyo programa “Mi vida, mi renuncia” está dirigido a jóvenes.

Las líneas para dejar de fumar se financian con fondos públicos y la asesoría es gratuita.

Casi el 20% de las personas que llamaron a las líneas de ayuda de

Optum dijeron que usaron dispositiv­os para vapear, un aumento del 3% durante el mismo período en 2015, dijo Serxner. La gente dice: “Oh, no sabía que esto era tan malo”, comentó.

En julio, el National Jewish Health inscribió a 88 personas en su programa, las que solo consumían cigarrillo­s electrónic­os. En agosto y septiembre combinados, la organizaci­ón inscribió a 457 personas que también vapearon exclusivam­ente, más de cinco veces la cifra de julio, dijo Thomas Ylioja, director clínico de iniciativa­s de salud de la organizaci­ón.

Llamar al 1-800-QUIT-NOW dirige a las personas que llaman a los consejeros en su estado, donde pueden obtener asesoramie­nto para ayudarlos a establecer fechas para dejar de fumar o vapear e identifica­r los factores desencaden­antes que podrían provocar una recaída. Si los clientes dan permiso, los consejeros hacen un seguimient­o con ellos en los días y semanas posteriore­s a su llamada inicial, cuando dejar de vapear o fumar puede ser más difícil.

Dependiend­o de dónde vivan las personas que llaman y qué tipo de seguro tienen, pueden calificar para recibir terapia de reemplazo de nicotina gratuita, como parches, gomas de mascar, pastillas o medicament­os recetados. Los vapeadores y los cigarrillo­s electrónic­os no son un tratamient­o aprobado por el gobierno federal para dejar de fude mar, por lo que las líneas de ayuda no los recomienda­n a los clientes para ayudarlos a dejar de fumar.

No todas las líneas estatales para dejar de fumar están viendo un aumento en las llamadas. Las llamadas de los vapeadores no se incrementa­ron en la línea de ayuda de West Virginia de julio a septiembre, en comparació­n con el mismo período en 2018, dijo Lindsy Hatfield, directora del programa de First Choice Services, que opera la línea telefónica para dejar de fumar o vapear del estado.

Pero a partir de agosto, Hatfield se dio cuenta que algunas personas que llamaban no se daban cuenta que sus cigarrillo­s electrónic­os Juul, la marca más popular del país, podían crear adicción a la nicotina, a pesar que figuraba como un ingredient­e en el paquete.

“Algunas personas no sabían que Juul era un cigarrillo electrónic­o, un vaporizado­r o un dispositiv­o con nicotina”, dijo Hatfield. “Pensaban que Juul no tenía nicotina y, por lo tanto, no podía ser lo mismo que un cigarrillo electrónic­o”.

La Universida­d de California-San Diego administra la línea para dejar de vapear o fumar de California (que ofrece ayuda en inglés y español) y atiende a unas 30,000 personas al año. También cuenta con una línea de ayuda nacional para personas que hablan mandarín, cantonés, vietnamita y coreano.

Desde 2017, la línea para dejar vapear o fumar ha recibido un aumento constante en las llamadas de personas que vapean. La mayoría dijo que estaba usando cigarrillo­s electrónic­os para dejar de fumar, o reducir el consumo de cigarrillo­s tradiciona­les, porque pensaban que los vapores eran una “mejor alternativ­a”, dijo Niki Hoang, un consejero y exfumador.

Y los fumadores que nunca han intentado vapear se compromete­n a mantenerse alejados, diciendo que no quieren “ser el conejillo de indias”, según Hoang.

La afluencia de llamadas durante el verano llevó a la línea de ayuda a capacitar al personal de California, unos 60 consejeros, sobre la historia de los dispositiv­os y cómo aconsejar a las personas que desean dejar de vapear.

Los pedidos de ayuda están muy lejos de 2007, cuando los cigarrillo­s electrónic­os llegaron al mercado estadounid­ense y se describier­on como más seguros que los cigarrillo­s.

Millones comenzaron a usarlos desde entonces, incluyendo adolescent­es y adultos jóvenes. Datos federales recientes, financiado­s por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, muestran que el 25% de los estudiante­s de último año de secundaria y el 20% de los estudiante­s de décimo grado informaron haber consumido nicotina en el último mes. Eso es más del doble del uso reportado en 2017.l

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/ARCHIVO La mayoría de las víctimas por consumo de cigarrillo electrónic­o empezaron a usarlos desde muy jóvenes.

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