UNA LISTA DIVERSA
Aprimera vista, hay algo en la lista de precandidatos del Partido Demócrata a la presidencia que disgusta a muchos. No ven a quien a sus ojos, es capaz de derrotar a Trump en los comicios nacionales de noviembre.
¿Quién es ese “misterioso” y “noble” “caballero” que según ellos no está por ninguna parte?
Les hace falta un Barack Obama, pero blanco.
Un galán, preferentemente senador o gobernador, entre 50 y 60 años. Que sea buen mozo, impecable, hecho para las grandes ocasiones. Ah, y no extremista. Ni demasiado de izquierda ni de derecha. Sus posiciones, piensan, importan poco.
Lo importante es que le gane a Trump.
Quizás no se dan cuenta de que en su fantasía han descrito a una figura de sitio de casamientos. Que se han quedado detrás de la historia.
Sí, se quejan de que falta un gobernador. Como Clinton, Carter, Bush.
Pero varios gobernadores renunciaron a sus candidaturas, porque no lograron juntar, ni apoyo en los sondeos de opinión pública, ni suficientes donaciones.
Aspirantes demócratas «Algunos buscan el candidato perfecto y por eso ven defectos en los que han postulado».
Se quejan de que para tener éxito en las primarias los candidatos ser multimillonario, poner dinero propio y no depender de los favores de donantes. Dos magnates cumplen esas condiciones, Michael Bloomberg y Tom Steyer.
Pero ocupan los puestos 8 y 10 en la mayoría de las listas y sus probabilidades de éxito son actualmente pocas.
Ni les gusta Elizabeth Warren, porque es mujer, y “extremista” y porque Trump la tiene definida.
No les gusta Bernie Sanders porque es socialista, judío y anciano. Ni el mismo Biden por su edad y porque no siempre dice lo apropiado.
¿Pete Buttigieg? Bien, por la claridad de su pensamiento y la buena impresión de su figura. Lástima, se dicen, que sea abiertamente gay.
Entonces se llenan de angustia y desazón, pronostican amargamente un desastre en noviembre y con lágrimas en los ojos lamentan el fin del mundo.
Pero la verdad es que la lista de candidatos presidenciales es extraordinariamente diversa. Y que es una excelente representación de Estados Unidos de hoy. Que de una vez por todas los candidatos a presidente representan América. Que quienes hasta ahora no juntaban los requisitos del “USA” blanco ahora tienen serias, buenas probabilidades de salir con la nominación.
Si bien llaman la atención las edades de Biden y Sanders, es porque los requisitos del puesto al que están “aplicando” son un reto a la buena salud de cualquiera. Pero son experimentados y por su edad, no le tienen miedo a nada.
No sabemos quién ganará. Trump, aunque la tiene cuesta arriba, aún puede sorprender por segunda vez y sumir al país y al sistema internacional en la mayor de las consternaciones.
Pero él mismo ha estado preparando el cepo en el que caerá por su propio peso. Y el país tiene una excelente oportunidad de balancear la pesadilla de sus cuatro años con un excelente presidente, que realmente represente a nuestro país.•